No sé inventar cronopios

“En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere”. Leo estas treintaitrés palabras y no sé de qué está hablando su autor, uno de los más grandes escritores en lengua española. Lo escribió en sus “Historias de cronopios y de famas”.

Y ahora, qué, me pregunto, y al pensar en la página en blanco precursora de la muerte siento a la parca rozando la grupa de toda Europa. Falto de palabras propias, vuelvo al mismo escritor y al mismo libro: “Un hombre vendía gritos y palabras, y le iba bien, aunque encontraba mucha gente que discutía los precios y solicitaba descuentos. El hombre accedía casi siempre, y así pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros, algunos suspiros que le compraban señoras rentistas, y palabras para consignas, slogans, membretes y falsas ocurrencias...”.

No seguiré. Julio Cortázar me ha prestado sus palabras y así acabaría él mi Vado Permanente:
–Vengo a venderle sus últimas palabras –dijo el hombre al tiranuelo del país, que se parecía a todos sus colegas y lo recibió rodeado de generales, secretarios y tazas de café–. Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento, y en cambio le conviene decirlas en el momento, y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar fácilmente un destino histórico retrospectivo.

–¿Por qué no podré decirlas, si son las que he de querer decir? –preguntó el tiranuelo, ya frente a otra taza de café.
–Porque el miedo no le dejará –dijo tristemente el hombre, y añadió–: Como estará con una soga al cuello, en camisa y temblando de terror y de frío, los dientes se le entrechocarán y no podrá articular palabra...

¡Lástima no saber inventar cronopios para que los enloquecidos werstringes, los directores ideas fijas de la Sexta, los caza talentos sin corazón de la Podemos, los wilytoledos que Dios ampare y los otros treintaitrés desmañados del disparate encuentren a las tres de la tarde la página en blanco!