Nueva gerencia y nuevos propósitos de llevar al casco histórico de Talavera una nueva oferta hostelera en el Cafe-Bar Valencia, ubicado en el número 5 de la calle del mismo nombre. El pasado 20 de octubre, Rafael Calvo y su hijo Iván reabrían las puertas de este negocio, que poco a poco va consolidando una clientela que en la primera visita se han marchado “contentos y satisfechos”, según comprobó el gerente. El nuevo 'jefe' pretende que haya un cambio en este cafe-bar y, por eso, se tratará de dar al cliente lo que éste requiere: seguridad, confianza y seguimiento. Con el mismo nombre de antaño, esta gerencia quiere regalar a sus clientes todo lo aprendido en la cocina, de hecho Iván se ha formado en la Escuela de Gastronomía de Alcalá de Henares, y fundamentarán su oferta en el buen 'tapeo', donde serán las estrellas de la carta sus caracoles y los croquetones caseros, unas recetas que ahora mismo para ellos son “secreto de sumario”. De la misma forma, Rafael quiere que la relación entre el camarero y el clientes sea de amigos, ya que “somos gente sencilla”, apostilló, después de 37 años en este oficio, por más de 8 de su hijo. “Somos el mejor tándem, no sabemos estar el uno sin el otro”, señaló entre risas. Llenos de ilusión, este padre e hijo que residen en la localidad de El Casar Escalona aunque ciudadrealeños de nacimiento, quieren ganarse la confianza de la clientela talaverana y se muestran convencidos de que “el que me visite, volverá; yo me encargaré de ello”, afirmó el gerente.
Delicias de primera para el paladar
Cafe-Bar Valencia dispone de una amplia variedad destinada a satisfacer todos los paladares entre los que se encuentran, además de los ya citados caracoles en salsa con chorizo y panceta o sus inigualables croquetones, especialidades de primera como los calamares a la americana, champión a ajillo o el magro con tomate.
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