El servicio de Alergología del Hospital General Nuestra Señora del Prado de Talavera, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), recomienda congelar el pescado crudo que se vaya a consumir, prestando especial atención al consumo de boquerones en vinagre. El objetivo es prevenir posibles patologías alérgicas y digestivas durante la época estival debidas al parásito anisakis simplex.
Este parásito puede encontrarse en el pescado y marisco. Sus larvas pasan activas al aparato digestivo humano al ingerir estos alimentos pudiendo provocar alteraciones digestivas y reacciones alérgicas, a veces graves.
El especialista Jesús Jurado-Palomo explica que en nuestro país la aparición de brotes de anisakiasis “se convirtió en una cuestión de Salud Pública, debido al consumo del boquerón en vinagre -forma más arraigada de consumo de pescado crudo- de tal forma que tuvo su repercusión en la legislación española”.
La prevención como medida más eficaz
Así, las pautas para la reducción del riesgo deben abarcar toda la cadena alimentaria, desde las prácticas durante la captura y posterior manipulación, los tratamientos tecnológicos de los productos procedados, hasta las recomendaciones dirigidas al consumidor y a la restauración colectiva, como estabones últimos de la cadena, en los que también se debe apoyar la prevención.
Según el doctor Jurado-Palomo, la larva sobrevive en el pescado no sometido a temperatura o poco cocinado, por lo que se recomienda seguir algunas precauciones, como evitar el consumo de pescados crudos o semicrudos (boquerones en vinagre, ahumados, marinados, salazones, semicorservas o platos japoneses), además de mariscos (principalmente cefalópodos como pulpo, sepia y calamar).
También se aconseja consumir pescados preferiblemente congelados. “Si se compra el pescado fresco, antes de consumirlo es recomendable su congelación durante un periodo mínimo de 24 horas a una temperatura de -20ºC”, recalca el especialista.
Síntomas y tratamiento
Cuando se ingiere pescado crudo o poco cocinado con larvas vivas de anisakis, éstas actúan sobre la pared del tracto digestivo, donde generalmente son destruidas y eliminadas sin que ocasiones síntoma alguno.
Las formas que siguen vivas pueden ser causa de una serie de síntomas que aparecen a las pocas horas de la ingesta, como dolor abdominal, náuseas, vómitos y febrícula. En el 10 por ciento de los casos se acompañan de síntomas sugerentes de reacción alérgica como una erupción cutánea.
El tratamiento de las manifestaciones alérgicas a anisakis se basa en la actuación médica inmediata de igual modo que si se tratara de una reacción anafiláctica cualquiera. En aquellos casos en los que los síntomas alérgicos se produzcan al mismo tiempo que la infestación, la extracción de la larva por endoscopia será necesaria de cara a la resolución del cuadro.