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El hermano Miguel Pajares será incinerado siguiendo los protocolos sanitarios de Madrid

El hermano Miguel Pajares será incinerado siguiendo los protocolos sanitarios de Madrid

El religioso fallecía a los 75 años a causa del ébola en el hospital madrileño Carlos III

martes 12 de agosto de 2014, 10:56h

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El sacerdote de La Iglesuela (Toledo) Miguel Pajares ha fallecido esta mañana a los 75 años de edad en el Hospital Carlos III de Madrid, después de que semana pasada fuera repatriado a España para ser tratado del virus del ébola que le había sido diagnosticado y que contrajo mientras trabajaba en el Hospital San José de Monrovia, en Liberia. Fuentes sanitarias del centro aseguraron que “la salvación de su vida no era posible”, ya que el enfermedad “se lo había comido por todas partes” y sus defensas había caído a níveles mínimos.

Al religioso no se le podrá realizar la autopsia debido a la elevada carga viral de los fluidos corporales, por lo que será incinerado, tal y como establecen los protocolos de Sanidad en estos casos; de hecho, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid dará un tratamiento de cadáver de “riesgo sanitario” al cuerpo de Pajares y lo depositará en un féretro especial para garantizar la seguridad -de acuerdo al decreto 124/1997 de Sanidad Mortuoria de la Comunidad madrileña-. La normativa recoge que este tipo de cadáveres -de grupo 1- suponen “un riesgo sanitario tanto de tipo profesional para el personal funerario como para el conjunto de la población”.

Además, el traslado se realizará conforme al reglamento de la Policía Sanitaria Mortuoria, así como los féretros en estos casos deben ser estancos, contener material absorbente en el interior y estar provistos de un dispositivo depurador para equilibrar la presión interior y exterior. Por lo tanto, la opción es un receptáculo con el interior de cinc cuidadosamente soldado o de otro material que sea autodestructible.

En un comunidado de prensa, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD) ha querido agradecer todas las muestras de apoyo recibidas a Miguel Pajares, adelantando que no concederán entrevistas ni harán declaraciones.

Este lunes, así como familiares cercanos al religioso, confirmaban que estaba siendo tratado por el “suero milagroso”, medicamento conocido como ZMapp que llegó de Estados Unidos. Su repatriación tuvo lugar el pasado 8 de agosto en un avión medicalizado, acompañado de la religiosa Juliana Bohi, quien está a la espera de que el segundo test confirme que no está contagiada por ébola. En los últimos días habían fallecido por este virus otros dos hermanos de la cogregación, George Combey y Chantal Pascaline.

El mismo 8 de agosto, la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, declaró que este brote de ébola registrado en varios paíeses de África occidente era “una emergencia de salud pública” que preocupaba a nivel mundial. A fecha de 9 de agosto el número de fallecidos por esta causa ha subido hasta las 1.013 personas.

AYUDA INSUFICIENTE. Una amiga de Miguel Pajares, Cruz Ventura, ha denunciado la falta de medios en Liberia para haber hecho frente al virus. A su juicio, no se han controlado bien los tiempos para enfrentar el ébola, ya que aunque los religosos y sanitarios del hospital han seguidos los pasos oportunos, “se veían desatendidos cuando se quedaban sin material”. Según relató al programa de Telecinco 'El programa del verano', Cruz Ventura dijo que si hubiera sabido cómo iba a producirse el traslado el padre Miguel Pajares habría preferido morir en África que en circunstancias de “tantísimo desastre y abandono”.

La imagen que tiene esta amiga es un calco de las palabras que también trasladó su familia a La Voz del Tajo en la semana pasada, la de un hombre que dio su vida por ayudar a los demás. Antes de finalizar, Cruz Ventura dijo que alguien tendrá que dar explicaciones por todo lo que ha sucedido en el caso del vecino de La Iglesuela.

 

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