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Arroyo compartió un momento con los medios nada más llegar a la Basílica de la Virgen del Prado. (Foto: J.F.) |
El 'peregrino' llega desde Fátima un mes después de iniciar la expedición
miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
Sonriente, tostado por el sol y recibido con cariño por los presentes junto a la Basílica llegaba a los Jardines del Prado José María Arroyo, el peregrino que ya acumula a sus espaldas más de 40.000 kilómetros. “Con mi cara, con mi cartera y mis piernas”, así mencionaba las herramientas con las que acaba de superar un nuevo reto de 1.800 kilómetros con el fin de que las administraciones sanitarias no cesen en la investigación de la esclerosis múltiple, una enfermedad que sufre si hija Belén y para la que demandan cuidados paliativos para mejorar la calidad de vida de los que la padecen. Aunque muy satisfecho con su nueva andadura, Arroyo se mostraba molesto por no haber recibido ni una sola llamada de las asociaciones que luchan por esta patología neurológica y degenerativa. Pese a todo, aseguró que “merece la pena”, subrayó. En esta línea, el peregrino dijo que el doctor Fernando Arroyo está desarrollando un nuevo tratamiento para aliviar los síntomas y retrasar los efectos de la esclerosis aunque no se empezará a administrar hasta 2015 ya que requiere de las pruebas previas.
A lo largo y ancho de todos estos kilómetros se ha encontrado de todo, aunque él asegura que “sólo me quedo con lo bueno”. Le han regalado un chaleco reflectante, chorizos, un queso de tetilla y mucho cariño, según relata, así como compartió un momento entre amigos con el Arzobispo de Santiago, Julián Barrio. Fue el día 25 de abril cuando partió desde la Basílica, “con el pie torcido”, según apostilla, para llegar el 7 de mayo a Santiago de Compostela y el 17 a Fátima. El día 22 ya estaba en Serradilla y el pasado viernes en Talavera, donde escuchó misa para seguir hasta San Pablo de los Montes (Toledo), fin del recorrido.