Treinta niños y niñas saharauis han venido a varios municipios de la comarca talaverana para reencontrarse o conocer por primera vez a sus familias españolas. Con dos meses por delante, hasta que regresen el próximo 5 de septiembre, los menores fueron recibidos en el Ayuntamiento de Talavera por la teniente de alcalde María de los Ángeles Núñez, así como por los concejales del equipo de Gobierno: José Luis Muelas, Arturo Castillo y Gerardo Pérez de Vargas.
Núñez recalcó el carácter amable y hospitalario de Talavera e invitó a todos los niños y niñas a disfrutar de las costumbres, la tradición, la cultura, la gastronomía y el ocio de la tierra. La edil también trasladó la bienvenida a todos en nombre del alcalde, Gonzalo Lago, y agradeció a las familias su ejemplo de solidaridad cada año.
La presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, Elena Villanueva, se mostró orgullosa de la trayectoria del programa 'Vacaciones en Paz', que comenzó en 1995 y que siempre ha tenido a Talavera y su comarca como referentes en adopción de estos menores, aunque deseó que “ójala este sea el último año que tengan que venir porque hayan recuperado sus tierras”. Pese a ello, explicó que las familias saharauis “están muy tranquilas de que sus hijos vengan a Castilla-La Mancha” y ensalzó la relación con Talavera de la Reina, ya que mantiene lazos de hermanamiento con Daira de Guelta.
Villanueva destacó la buena adaptación de todos los niños en esta edición, que se repartirán entre una treintena de familias de Talavera, Cazalegas, Los Cerralbos, Torrijos, Velada, Pelahustán, Calera y Gamonal. El delegado del Frente Polisario en Castilla-La Mancha, Bulahi Mohamed Fadel, se sumó al agradecimiento y se refirió a las mejores condiciones de las disfrutan estos niños y niñas en la comarca.
La Asociación del Pueblo Saharaui seguirá celebrando sus manifestaciones y reivindicaciones, especialmente el 14 de noviembre, además de seguir enviando alimentos, medicinas y ropa a toda la población. De la misma forma, hizo un llamamiento a la solidaridad para que los apadrinamientos aumenten en ediciones próximas para retornar a cifras como las de hace años, ya que se llegaron a alcanzar los 10.000 niños y ahora apenas se superan los 4.500 en toda España.
Los responsables municipales recibieron una camiseta de regalo de 'Vacaciones en Paz', mientras que el mejor regalos para los niños fue disfrutar en el Parque de Bomberos de Talavera de una ruta guiada, así como comprobar la preparación física y el protocolo de trabajo ante cualquier emergencia. LOS NIÑOS Y SUS FAMILIAS Jadyjatu, 9 años (Gamonal) Jady lleva cuatro años veraneando en Gamonal con sus padres españoles Esteban y Anabel y sus hermanos David y Sergio, como así les llama. Anabel dijo que “estoy deseando que llegue el verano, nos enseña muchísimos valores. De cualquier cosa hacen un mundo, algo que aquí no apreciamos”. Dicen que su familia saharaui es encantadora y la niña muy agradecida a todo el cariño que recibe. Tarba, 9 años (Los Cerralbos) También cuatro años lleva Tarba con la familia de María del Prado, una experiencia que define como “inolvidable”. Cada año que regresa se muestra deseosa por el reencuentro y la relación durante el resto del año es constante. “Es una hermana más para mis hijos”, relata. Prado valora mucho más la forma de vida en España desde que viajó a los campamentos. Fana, 9 años (Los Cerralbos) Fana hace tres años que vino a llenar de alegría la vida de Amelia, para la que esta adopción “es emocioante”. Solo tiene esta hija e intenta que estos dos meses la niña disfrute al máximo de toda su familia y de sus grandes pasiones: la piscina, la bicicleta y la comida. También tienen contacto constante, llamadas cada quince días, y se siente como en casa cada vez que visita a su familia saharaui. Mohamed Fade, 10 años (Calera y Chozas) Ana Isabel y su marido son principiantes en esto de la paternidad y ha sido acogiendo a Mohamed Fade como se han iniciado en la materia. Dicen que es “un niño muy bueno, educado y obediente”, y al que le encanta montar en moto y bañarse en la piscina. Su mayor satisfacción es verle disfrutar y observar como valora cualquier pequeño detalle de la vida cotidiana. Fatu Abud, 11 años (Talavera) Es la cuarta niña que apadrina Prado y es el tercer año que Fatu está con su familia. Es una de las más veteranas dentro del programa y sigue destacando como pueden vivir el resto del año sin luz y sin agua en los campamentos, aunque recalcó que “son muy felices, reciben mucho cariño”. Siempre ha contado con el apoyo de sus hijas y la experiencia ha supuesto para ellas “una lección de vida”. Licua, 10 años (Los Cerralbos) Loli lleva seis años acogiendo a Licua, aunque antes tuvo a su hermana y otra niña, incluso dos en un mismo año. “Para nosotros es un miembro más de la familia, aunque tenga que estar fuera todo el invierno”, destaca. Le gusta mucho estar en Los Cerralbos, “la ciudad le agobia”, matizaba. La piscina, el fútbol y la bici son sus pasiones, aunque en el día a día “recibe la misma educación que cualquier de mis hijas”.