El club de piragüismo Talavera Talak ha vuelto a sufrir, otro fin de semana más, los actos vandálicos y consecuencias del botellón en sus instalaciones intentando arrojar, como ya hicieran la pasada semana, el remolque de las piraguas al agua del Río Tajo, pero una cadena impidió que esto volviera a suceder.
Lo que no han podido evitar es que de nuevo haya una gran cantidad de cristales en el suelo y que estos vándalos hayan derribado las vallas que rodean las instalaciones deportivas municipales arrojando al agua las mismas, incluso una barandilla de más de cien kilos de pesos arrojándola al agua, quedando de una forma más que peligrosa para cualquier palista que practique su deporte en estas instalaciones.
Hay que recordar que los palistas bajan descalzos, o con chanclas, y que esa gran cantidad de cristales pude producir cortes, y las vallas arrojadas heridas a pequeños y mayores.
Las autoridades municipales deberían impedir que un club deportivo esté luchando fin de semana sí y otro también, por mantener su salud, en lugar de tener un espacio limpio y libre de peligro para entrenar.