Las obras para adecuar el solar de la muralla, en la confluencia de las calles Corredera del Cristo y Palenque, se retomaron el pasado viernes después de que la Consejería de Cultura levantara la paralización que ordenó haciéndose eco de las denuncias del Colectivo Arrabal. Los trabajos habían comenzado el lunes 19 y dos días después las máquinas dejaban de trabajar por orden de Cultura, aunque remitida la documentación del proyecto han considerado que “debemos seguir con la obra”, aseguró la portavoz municipal, María Rodríguez.
La también concejala de Urbanismo señaló que la obra “es un tratamiento superficial del terreno y completamente respetuoso con el patrimonio”. Desde el Consistorio mantiene que este uso en la zona se decidió a petición de los ciudadanos y comerciantes de la zona ante la necesidad de plazas de aparcamiento en el casco histórico. El proyecto, que existe desde julio de 2012, no ha tenido que pasar por Junta de Gobierno Local -sino que se ha aprobado por decreto-, debido a que el importe del mismo asciende a 20.000 euros, cantidad que será sufragada por la empresa de la ORA, que es quien gestiona y mantiene este servicio.
Los trabajos podrán finalizar durante esta semana, ya que las 16 plazas que se van a habilitar se dispondrán “poniendo adoquines sobre una cama de arena”.
Días antes, el miembro de Arrabal César Pacheco consideró que “no es la iniciativa más acertada para recuperarlo en salvaguarda del casco histórico”, el arqueólogo denunció que para esta obra de rebaje es necesario “un proyecto previo de intervención, que no se ha presentado, y bajo la supervisión de un arqueólogo”, aseguró basándose en la Ley de Patrimonio y aludiendo a la carencia de esos elementos obligatorios confirmados por la propia Consejería de Cultura.
“Es una burla a la propia legalidad; se infringe la Ley de Patrimonio y el Ayuntamiento no salvaguarda nuestro patrimonio arqueológico”, ensalzó.
Pacheco lamentó que no se haya protegido el elemento epigráfico que apareció en la parte inferior de la torre albarrana y muralla, consistente en una inscripción romana que documentó Arrabal y que “puede verse afectado de manera irreversible si se aplica cualquier tipo de asfalto, mortero u hormigón”, explicó.
En esta línea, el arqueólogo preguntó al Ayutamiento, “¿por qué estas medidas son tan contundentes cuando se trata de una iniciativa privada y ahora no se lleva el mismo exquisito control?”. Antes de finalizar, Arrabal mantuvo que su propuesta fue la de recuperar el espacio a la cultura y al ocio e ironizó sobre si hay intereses para habilitar aquí las 16 plazas de aparcamiento.
Si (
No(
