Nuevo Machismo, misma lacra
Hasta que no tengamos una sociedad igualitaria realmente, no seremos una sociedad libre
miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
Hace años, cuando en esta sociedad llegamos a la legitimación total desde las leyes, en la igualdad de hombres y mujeres en la sociedad española, nos vanagloriábamos tanto, y con tanta igualdad, que llegamos a crear un propio ministerio...
...de la igualdad. Pero durante ese tiempo, tuve la suerte de hacer un curso con la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género, a distancia, donde nos estaban advirtiendo de la nueva ola de machismo, y desigualdad que nos estábamos encontrando.
Nos comentaban como en los jóvenes, en edad comprendida entre los 14 a 18 años, se estaba empezando a reproducir un Machismo, enmascarado de amor, de respeto, de protección, donde, nuestros jóvenes, y más concretamente nuestras jóvenes, se están viendo obligadas a soportarlo, recrearlo y no denunciarlo, y siempre visto desde una perspectiva de normalidad, y de noviazgo. Cuestión que en mi generación, creo que teníamos muy superado, no tanto por no existir, sino por una inconformidad sobre presenciarlo y por no verlo como normal.
Actualmente son varios los casos en los que me hayo trabajando, donde se encuentran las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres (noviazgo Vs dominación), dentro del espacio de la pareja, o novios. Y donde nos encontramos actitudes muy complejas de relación desde los hombres hacia las mujeres, y más concretamente de consentimiento de las mujeres, muchas de ellas porque se encentran las situaciones sin darse cuenta, o porque actualmente lo ven como normal.
Rescato una parte de una conversación con una compañera de profesión, donde en una conversación con una chica de unos 15 años, le decía “es que el no sabe querer de otra forma, pero en verdad me quiere” (venia a justificar que no le dejara vestir como ella quería) o “se que ahora aguanto todo lo que él dice, pero cuando le haya enamorado, ya le haré cambiar” (con referencia a que tenía que decir ella, o con quien hablar), frases que en el tiempo no tienen su fruto, y no aprender a amar y no aprenden a cambiar.
Las situaciones a las que hago referencia, y que nos tienen que dar la alerta son esas situaciones donde un “novio” no deja hablar a su “novia”, con ningún otro hombre, o en su caso, le propina una paliza (o la amenaza buscando la coacción) o tiene una “movida”. O enfados, o inseguridades del hombre, donde no deja a su pareja a vestir como quiere, a pensar como quiere, a decir lo que quiere, en un afán de control sobre la personas, que supuestamente ama, pero que quiere amordazarla, acallarla, controlarla, y tenerla sumisa.
Donde al principio de la relación, son pequeños enfados, y poco a poco, mediante coacciones, tanto en forma de amenazas físicas, o en forma de chantajes emocionales, van anulando la voluntad de sus parejas, van anulando sus gustos, sus ganas de hacer, y durante todo ese proceso son capaces de convencer a sus parejas que es lo normal, y que amarle es hacer lo que él quiere, o hacer lo que él necesita, en otro caso, significa que no le quiere. Situación que hace, que en un momento, la mujer se sienta como una inútil, y pierde la motivación de hacer cosas, por miedo a todas las reacciones de sus parejas. Normalizan la agresión, y parece ser que desaparece.
No olvidemos que por suerte o desgracia, parte de la juventud actual, de entre 14 a 20 años, carecen de valores firmes y fuertes, y han sido capaces de aprender a jugar con las emociones, con el chantaje emocional, gracias a una sociedad cada vez más permisiva y un incontrolado acceso a la información, muchas veces no canalizada o cribada.
Nos hemos llenado en nuestra sociedad de muchos discursos de igualdad, y muchas acciones de ayudar a las mujeres a superar esa lacra, pero no hemos hecho nada, en hacer fuerza en la lucha contra la discriminación de género, desde la base, desde la igualdad de los jóvenes, y en esa lucha, trabajar con los hombre, que generalmente son los que causan estas desigualdades, a nivel mas básico. Es mucha la información sobre la supremacía del hombre sobre la mujer en medios de comunicación, o en el cine, que esto no ha bastado.
A modo de conclusión, en un tema que no queríamos dejar en el tintero, me dirijo a las jóvenes, donde Amor no significa cautiverio, cuando se quiere a una persona se la respeta, y se respeta sus gustos, su propia voluntad, y no se la obliga. Cuando se ama a una persona no se demuestra con cuantas veces nos pegamos por ella, sino cuantas veces la abrazamos y la acompañamos en su dolor, querer no es obligar, sino entender y comprender. Proteger no es esclavizar, proteger no es evitar, sino ayudar a levantarse tantas veces uno lo necesite. Cuando una persona te quiere, te hace feliz, te hace sentir seguro. Cuando una persona solo te quiere poseer, es cuando nos sentimos nerviosos, preocupados, nos sentimos cohibidos, pues puede enfadarse, y montarme el pollo.
Y para padres y madres de hijos, y digo bien, hijos, en su estado masculino, ayudemos a nuestros hijos a no ser y no reproducir estos modos no igualitarios. Ayudémosles a amar de verdad y querer a las personas por lo que es, y no por lo que nos gustaría como fuera. Y en caso de padres y madres de hijas, es bueno, tener una actitud receptiva sobre nuestras hijas, para ver si están o no sufriendo estas situaciones, que realmente son más comunes de lo que creemos.
Comunidad Educativa, sois parte esencial donde podéis ver el problema más de lleno, y si tanto nos preocupa la discriminación a volver a los centros separados por sexo, no olvidemos que allá donde hay niños y niñas, jóvenes hombres y mujeres, existe relaciones de desigualdad entre hombre y mujeres, y pocas veces vemos movimientos en contra.
A todos en general, no miremos hacia otro lugar, los jóvenes son el futuro, y de ellos depende la sociedad que queramos construir.