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¿SABEMOS EDUCAR?

En la cultura de la responsabilidad, así como en la cultura de la dualidad, es que cada cosa que hacemos tiene una consecuencia.

miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h

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Hace unos años, paso por mi cabeza, al ver la educación que se está dando a los menores últimamente, y más cuando he expuesto estas reflexiones sobre la educación a amigos y familiares, que estamos creando o “educando”, aunque llego tarde, pues ya están creados o “educados”, personas o jóvenes insensibles, y no me gusta generalizar, al esfuerzo por llegar a conseguir lo deseado.

No digo que actualmente, y debido a los adelantos, educar a nuestros menores sea igual, mejor o peor que cuando lo hicieron nuestros padres y madres, por no decir que nosotros y nosotras, a nuestro espejo fuimos mejores y menos conflictivos. Sino que las respuestas de los padres y madres ante las mismas situaciones, son muy diferentes, y quizás es por nuestra falta de valores, que no los transmitimos, o porque nos sobran valores Capitalistas e Individualistas, y si los transmitimos.
Hago un ejemplo, (aunque me gustaría ver que justificación haces los padres de ahora a esta afirmación). Cuando antiguamente un niño/a quería algo decía “mama quiero lo que tiene “fulanito”, nuestros padres llenos de sabiduría de te decía, pues se lo pides, o “ni fulanito ni fulanita”, se acababa la discusión en ese instante, a lo mucho, si insistíamos “bofetón al canto”, de lo cual no creo que sea instructivo, o en su caso un castigo sin saber hasta dónde llegaba.

Ahora en nuestra situación, en algunos padres y madres, “es que mi hijo/a no va a ser menos”, y luego nos impresiona de donde lo han sacado, eso del chantaje, o como en muchos casos, tampoco es para nada, no hay que ser tan dictatoriales, etc y etc., que solo son escusas que nos ponemos para dejar de lado la responsabilidad que tenemos ante el gran reto de la educación de nuestros hijos/as o la reproducción social.

No quiero afirmar y menos decir que debamos llegar a extremos, pero si quiero decir que actualmente vivimos en una sociedad donde terminando buscando las excusas fuera del entorno educacional familiar, en vez de reforzar esta institución para la educación. Sino que somos, como padres y madres, los responsables de poner los límites.

Y quizás es fácil hacerlo desde la lejanía de no ser padre, pero en esta ocasión si lo soy, y creo que debemos hacer y educar a nuestros hijos/as en la cultura del esfuerzo, y para ello debemos ser muy constantes. Así como en la cultura de la responsabilidad, sin olvidar la cultura de la dualidad, y mucha tolerancia a la frustración.

Cuando menciono la cultura del esfuerzo, no quiero decir más que transmitamos y les ayudemos a aprender que en la vida, para conseguir algo debemos esforzarnos, ayudarles a que aprendan a vivir en la sociedad, y que en la sociedad si queremos algo, nos esforzamos, y buscamos conseguirlo.

En la cultura de la responsabilidad, así como en la cultura de la dualidad, es que cada cosa que hacemos tiene una consecuencia, y que debemos asumir, cuando hacemos algo, que va a existir una consecuencia, que será positiva o negativa, y que en algunos momentos podrá afectar al futuro más próximo. Y que han de ser responsables y consecuentes con ello, como puede ser el romper un juguete, o maltratarlo, así como hacer alguna trastada.

En la dualidad debemos enseñarles que cualquier acción conlleva una reacción, y donde un hacer bien, tendrá recompensas agradables, como un paseo con los papis, un abrazo o un beso, cuando hacen algo que no es bueno, debe tener una contraprestación negativa, como puede ser una negación de compañía, un quitar un juego, o en su caso un castigo acorde con lo que han realizado.

Y muy importante, Tolerancia a la Frustración, donde debemos darnos cuenta que son niños y niñas, no maquinas, no podemos exigirles lo que no son, y menos, frustrarnos porque no lleguen a lo que queremos nosotros, y aprender a quererles por lo que son, y no por lo que nos gustaría que fueran, pues hacen que ellos se sientan muy desdichados, debido a que no son capaces de colmar nuestras exigencias. Exigencias que vienen de compara a nuestros hijos e hijas con otros.

No son recetas, como en un libro, donde aplicando de una forma ordenada, terminas teniendo el mismo guiso, sino que más bien son o deben hacerse recetas a la carta, pues debemos ver que tipo de familia, número de hijos o hermanos, etc., para poder establecer bien como educar a nuestros hijos e hijas, pues no es lo mismo, un solo hijo, o varios, asi como ser el mayor el pequeño dentro de cuatro hermanos.

Para concluir como siempre, creo que debemos pensar más en el futuro de los hijos e hijas, que nuestro bienestar actual, que es una tarea compleja, pero que durante muchísimos años se ha realizado, sin tener que usar libros, u utilizando el sentimos común, y una distribución de roles acorde en la familia, haciendo de padres y madres, y haciendo de hijos.

Si queremos educar a nuestros hijos e hijas, hagámoslo, y si queremos volcar nuestro querer ser y nuestro quiero y no puedo, hagámoslo también, pero seamos conscientes de que debemos educarles, y no dejarles simplemente hacer.
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