Se acerca la Feria de San Isidro, y…

Hemos dejado atrás una Semana Santa, un tanto pasadita por agua. Más recientemente hemos tenido una Semana de Mondas, que no le ha ido mucho a la zaga, aunque haya sido un poco más distendida y distanciada la movida, en cuanto a remojarnos o no bajo el cobijo del paraguas... Sin embargo, no estaría nada mal, que después de este paréntesis más calmado, habido en estos días pasados, vuelva otra vez la lluvia. Si es posible, aunque con el tiempo no hay quien se meta, pediremos que sea una vez finalizada la Feria, para que no fastidie a la gente y así podamos decir entonces “que sí llueve a gusto de todos”. Porque si lo hace en la semana de feria…, vendrá muy bien para los ganaderos, por ejemplo, pero vendrá muy mal para los feriantes…
Desde luego, la primavera de este año se ha puesto bastante aceptable. No hay más que darse un paseo por el campo y observar la fresca hierba verde…, ¡que está creciendo como la espuma! ¡Vamos, un buen año para los ganaderos…, que en esta comarca de Talavera son bastante numerosos, por cierto! Ya lo estaban necesitando, los pobres. “Los piensos han subido mucho y los precios de la carne, en vivo, se mantiene desde hace varios años…, cuando no, más bajos”,- me decía un ganadero de mi pueblo, hace unos días. También favorece, desde luego, la lluvia y de una manera muy especial, a la agricultura. “Menudas cosechas se van a desarrollar este año por la Mancha, como acompañe un poquito más el agua para S. Isidro”, - me decía también un agricultor de aquellas extensas llanuras, a finales del pasado mes de Abril. Naturalmente es muy comprensible que cada uno quiera “bendecir” el tiempo y “bien decir” de él, según le “beneficie”. Todo ello para poderse ceñir después a ese dicho popular, muy aparente para la ocasión, en este escrito: “cada uno cuenta la feria según le va” ¡Ojalá y todos y cada uno de nosotros pudiéramos contarla, en el más amplio sentido de la palabra, como que nos ha ido muy bien! Así también, al agricultor manchego le respondí que en la zona de Talavera,- le dije yo muy eufórico en aquel momento- va todo muy bien y más adelantado que por la Mancha. Y efectivamente, así lo vine constatando a la vuelta, a medida que me venía acercando a nuestra comarca. Las cosechas se encontraban más espigadas. Además es verdad que, desde muy antiguo, para después de la Feria de Mayo, ya se empezaba a segar las cebadas por aquí. Y a lo largo del mes de Junio se segaban los trigos. El verano empezaba a hacerse presente con sus calores cada vez más agobiantes y a finales de Junio se preparaban las eras para recibir a la mies y ser trillada después bajo el sol bochornoso de Julio y Agosto. Claro, que hoy, con las cosechadoras, el planteamiento es muy distinto. Da igual que se sequen antes o después. El verano es corto y se recogen en menos tiempo que antes. Sobran las eras y las trillas duermen su nostálgico sueño en los pajares de las viejas casas de labranza…
Y añado más, acabada la feria, en la segunda mitad del siglo pasado, era el punto de arranque de las actividades veraniegas, incluso de las vacacionales también, pues, por ejemplo, recuerdo que las piscinas particulares (las públicas, gestionadas por el Ayuntamiento llegaron después en el último cuarto de siglo), aquí en Talavera la de Patrocinio y Estoril, se abrían de feria a feria... La verdad que las ferias de Talavera eran un eje sobre el que giraba una gran parte de la vida de la comarca. Ya lo recordarán los más mayores que, como he señalado antes, hasta las actividades del campo se desarrollaban teniendo como referencia las ferias de Talavera. “Espera a que llegue la feria…” “Para la feria…”. “Después de la feria…”. “En cuanto pase la feria…”…. Frases como éstas, se repetían con harta frecuencia en cualquier estamento de la vida diaria, pero no sólo en Talavera, sino en cualquier pueblo de la comarca. Para los menos mayores, seguro que también recordarán, las vacaciones escolares empezaban el uno de Junio.