Sanidad incorpora un nuevo sistema informático para el registro de diabetes en niños y jóvenes

La Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales ha incorporado recientemente un nuevo sistema informático para el registro y seguimiento de la diabetes infanto-juvenil. Una herramienta que, a través de Salud Pública, se ha presentado a los médicos especialistas en endocrinología y pediatras que forman parte de la Comisión Técnica del Registro de Diabetes Infanto-Juvenil de Castilla-La Mancha.

Esta herramienta va a facilitar a estos profesionales mejorar los aspectos epidémiológicos y el comportamiento de esta enfermedad entre los niños y jóvenes. Con este sistema mejorará la monitorización de la enfermedad, el diagnóstico precoz y el abordaje integral de la llamada “epidemia del siglo XXI”.

La diabetes infantil es la segunda enfermedad crónica más común entre los niños, un incremento que ha ido paralelo al aumento de la obesidad infantil. La vida sedentaria y los malos hábitos alimenticios han propiciado que esta enfermedad sea cada vez más frecuente entre niños y jóvenes.

Por ello, la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales apuesta por las políticas de prevención y de educación para la salud, para que toda la sociedad conozca y sea consciente de la existencia de esta enfermedad. En este sentido, es fundamental también la implicación de todos los profesionales sanitarios, que deben transmitir y fomentar hábitos de vida saludables con los que se puede prevenir la diabetes. Desde los centros de salud de la región se realiza un excelente trabajo en materia de prevención, a través de consejo médico, y por parte del personal de enfermería, que realiza un gran trabajo de educación para la salud tanto con niños como con adultos.

En Castilla-La Mancha padece diabetes un 8,1 por ciento de la población, aunque se trata de una “enfermedad silenciosa” y se calcula que cerca del 6 por ciento de la población podría padecerla sin saberlo. Además, la diabetes es una enfermedad crónica que tiene un alto impacto sociosanitario y puede llegar a representar un 11 por ciento del gasto sanitario global.