‘Trabajar de obispo es hermoso’
La Catedral de Toledo acogió la solemne ordenación como obispo del hasta ahora Vicario General Ángel Fernández Collado en un acto presidido por el arzobispo Braulio Rodríguez
miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
La presidenta de Castilla-La Mancha, el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, el presidente de las Cortes, VicenteTirado, el delegado del Gobierno, Jesús Labrador, y Arturo García-Tizón, entre otras autoridades, asistieron este domingo a la solemne ordenación como obispo del hasta ahora Vicario General Ángel Fernández Collado, que ocupará el cargo de obispo auxiliar de la Archidiócesis de Toledo. Un acto que ha tenido lugar en la Catedral y que ha sido presidido por el arzobispo Braulio Rodríguez.
La ceremonia ha sido concelebrada por los arzobispos eméritos de Toledo cardenales Francisco Álvarez y Antonio Cañizares, y también ha contado con la presencia del Nuncio Apostólico del Vaticano, monseñor Renzo Fratini quien ha destacado las cualidades del nuevo obispo y su cercanía a la comunidad católica, además, el arzobispo castrense, Juan del Río Martín; el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, y los obispos de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Sigüenza-Guadalajara, Coria-Cáceres, Getafe, Guadix, Jaén, Burgo de Osma, Plasencia, Segovia, Córdoba y un obispo guineano. Asimismo, el obispo auxiliar emérito de Toledo, Joaquín Carmelo Borobia, el obispo emérito de Málaga y los obispos auxiliares de Madrid, Getafe y Terrasa también han presenciado la ordenación de Fernández Collado.
El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, aseguró que “hacer el trabajo de obispo es hermoso”, porque “es ayudar a los hermanos a seguir adelante”. Durante la homilía pronunciada en la misa de ordenación, el arzobispo de Toledo ha reflexionado sobre la labor del obispo: “el obispo delante de los fieles para marcar el camino; el obispo en medio de los fieles, para ayudar a la comunidad y el obispo detrás de los fieles, porque éstos muchas veces tienen el olor de las calles”.
Una misa de 2 horas y media.- En el tramo final de la Eucaristía, que se ha prolongado durante dos horas y media aproximadamente, Ángel Fernández ha asegurado, en su primera alocución en su nueva responsabilidad, que pondrá su “vida y corazón, palabras y obras” en anunciar a Jesucristo y que lo hará con “ternura, humildad y respondiendo con una bendición”. Como declaración de intenciones, ha asegurado que intentará ser un obispo “para todos, a imagen de Jesucristo, buen pastor, un obispo con corazón, con sentimiento de entrega caritativa, bondad, sencillez y humildad, serenidad, fortaleza y sabiduría”.