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Los castellanomanchegos creen que sudar engaña al alcoholímetro

El estudio 'Mitos y falsas creencias sobre los controles de alcoholemia' realizado por Línea Directa Aseguradora en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial muestra unos curiosos resultados

David Martínez | Miércoles 23 de abril de 2014
Nadie pone en duda que el alcohol al volante es uno de los problemas más graves en materia de seguridad vial. De hecho, según datos del Instituto Nacional de Toxicología, el 35 por ciento de los conductores fallecidos en accidente de coche durante el pasado año dio positivo en alcohol, un factor que multiplica por 9 las posibilidades de sufrir y de provocar un siniestro. A pesar de estos indicativos, cada vez se dan más casos de conductores que recurren a una serie de mitos o creencias para burlar los controles de alcoholemia que realizan las autoridades de tráfico, ingiriendo alcohol sin el miedo a infringir la ley.

Con el objetivo de concienciar sobre los peligros que supone el consumo de alcohol antes de conducir, de averiguar la opinión y el grado de conocimiento que poseen los conductores sobre los controles de alcoholemia y de desmentir la existencia de trucos para engañar al alcoholímetro, Línea Directa Aseguradora en colaboración con FESVIAL (Fundación Española para la Seguridad Vial) elaboró un estudio llamado 'Mitos y falsas creencias sobre los controles de alcoholemia'. El informe analiza cerca de 1.260 entrevistas realizadas a conductores de la geografía española, incluyendo una prueba empírica sobre el impacto ficticio que tienen en el organismo estos trucos.

¿Es posible engañar al alcoholímetro?

Alrededor de 8 millones de conductores españoles, un 30% del total de éstos, creen que existen trucos para burlar los controles. El mito más extendido entre los conductores castellanomanchegos es el de hacer ejercicio para sudar, mito situado en quinto lugar a nivel nacional, donde beber agua, tomar chicles o caramelos, chupar granos de café o beberlo o esperar de una a dos horas para coger el coche, están por delante.

Dentro de estas falsas creencias existen algunas realmente extrañas como beber aceite, comer césped o pasta de dientes, chupar monedas de cobre o baterías de litio, vomitar o soplar despacio por el alcoholímetro. Trucos que según el informa, el 44% de los conductores españoles conoce, principalmente a través de amigos o en el trabajo. Del mismo modo, 2,6 millones de conductores reconoce haber utilizado alguno de estos métodos para no dar positivo y 2;5 millones aprueban su utilización para burlar los controles.

El perfil más propenso del conductor que acepta estas creencias populares responde al de un hombre de entre 18 y 29 años que reconoce haber conducido bajo los efectos del alcohol y que utiliza Internet para evitar los controles de alcoholemia.

Según el estudio de Línea Directa, estos trucos en realidad no funcionan. La compañía testó su efectividad real dando cerveza, vino ginebra o vodka con refresco a una hombre de 75 kilos y a una mujer 69 kg hasta alcanzar 0,25 mg/l de aire respirado, la tasa máxima permitida, y ninguno de estos trucos dio resultado. Video completo de la prueba: http://info.lineadirecta.es

Los castellanomanchegos desconocen el límite de alcoholemia

El volumen de alcohol en sangre se mide en gramos de alochol por litro de sangre o en miligramos por litro en aire respirado. El límite para la sanción administrativa es de 0,25 mg/l de aire respirado y 0,15 para profesionales y conductores noveles, cuya infracción puede suponer la retirada del carnet durante 3 meses y una multa de entre 302 y 602 euros. Para el delito penal, el limite es 0.6 mg/l y la sanción puede conllevar penas de prisión de 3 a 6 meses, multa económica a pagar entre 6 y 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad así como la retirada del carnet entre un año y cuatro.

En Castilla-La Mancha, el 73% de conductores no sabe cuál es la tasa máxima permitida y un 89% desconoce el límite del delito. Los que más conocen ambas tasas son los hombres y los menores de 30 años, los mismos que en un 32% de los casos, reconocen haber conducido creyendo que darían positivo en un control.

Finalmente y en cuanto a la efectividad de los controles, la mayoría de los españoles cree que son útiles en la lucha contra la accidentalidad, un 16% duda sobre su efectividad y un 66% considera que tienen principalmente un fin recaudatorio. Un 78% de los castellanomanchegos piensa que los controles son una medida recaudatoria.

El estudio resalta la curiosidad de que los encuestados que se muestran más de acuerdo con la supuesta finalidad económica de los controles son en su mayoría de edades comprendidas entre los 30 y los 39 años, el mismo rango de edad que presenta un mayor índice de mortalidad en accidentes de tráfico causados por el alcohol.

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