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Ya son 14 los municipios en la provincia con ordenanzas que penalizan las conductas incívicas

Rielves se ha sumado así a otras localidades como Sonseca, Garciotum, Borox o Navamorcuende.

David Martínez | Miércoles 23 de abril de 2014
Parece que las ordenanzas de convivencia se ponen de moda. Rielves ha sido el último municipio en iniciar la aprobación de una ordenanza reguladora de la convivencia. Pero antes de esto, concretamente durante el los 18 meses anteriores, han sido 14 los ayuntamientos de la provincia que han aprobado este tipo de normativas penalizadoras de conductas incívicas.

Las ordenanzas de convivencia son normativas específicas para segurar la convivencia normal entre los vecinos de los municipios, y el respeto a los bienes de uso común. Los actos castigados, van desde el botellón en la calle, al exceso de ruido, pasando por `grafitis´ o animales `molestando´ a deshoras.

Algunos de los municipios que ya han puesto en marcha iniciativas como ésta además de Rielves, son Sonseca, Camerenilla, Villarubia de Santiago, San Pablo de los Montes, Garciotum, Ciruelos, Borox y Navamorcuende, entre otros.

Se protege sobretodo la siesta. Se fija un horario de tres a cinco de la tarde donde no se puede hacer ruido, o tener en terrazas y ventanas, animales que puedan disturbar el descanso de los convecinos.

También se castigan el destrozo de mobiliario urbano y zonas públicas o el tratamiento de residuos.

Por otra parte, para el consumo de alcohol en las calles, se fija un calendario permisivo, es decir, donde si se podrá beber en las calles, coincidiendo con días festivos o diferentes actos de los municipios, eso sí, sin la presencia de menores en el éste y sin envases de metal o latas de cristal.

Las sanciones a las que hay que hacer frente si se incumple alguna de estas normas vecinales, oscilan desde los 100 a los 300 euros en causas leves, y de 1.200 hasta los 3.000 euros, cuando la falta sea grave o muy grave. Aunque muchos municipios están optando por eliminar las multas económicas por servicios a la comunidad.

No se puede hacer todavía un balance, de si estás medidas son buenas, o no, pero si de una cosa podemos estar seguros, es de que las `faltas´ disminuir, disminuyen.

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