Esta semana se ha generado un cierto revuelo en la localidad ciudadrealeña de Manzanares, ante una información que hablaba de la ocupación de un hotel de la localidad, en el que se iban a acoger 116 inmigrantes venidos de Cataluña como consecuencia de la delegación de funciones realizada por el Gobierno central a la Generalitat.
Una vez más los bulos, las mentiras y la información distorsionada, vuelve a ser la herramienta de aquellos que no encuentran otros mecanismos para ganar las próximas elecciones.
Ante el rumor “capcioso” sobre los inmigrantes el alcalde socialista, Julián Nieva, trató de calmar a la población diciendo que no había “razones objetivas ni justificadas para generar alarmismo” y añadía que “la crispación que se ha generado en las redes sociales responde a intereses de determinados grupos y agentes políticos”. El regidor además informó de que el Ayuntamiento no había participado, ni había estado informado sobre ello: “Manzanares es una ciudad solidaria e integradora, pero todo proceso debe estar debidamente armonizado, regulado y articulado”, e incluso que la propia ONG que gestiona todo ello “ha reconocido que el proyecto no es viable en este momento” y el propio delegado del Gobierno en Ciudad Real, citando fuentes del Ministerio de Inclusión afirmó que “el traslado de Cataluña a Manzanares no se producirá”.
Tal como hemos podido saber los hechos comienzan cuando este grupo de migrantes, con origen en Mali y Senegal, llegaron a las saturadas costas canarias y de allí fueron desplazados hasta un hotel de la costa catalana, para aliviar la carga de las islas. La condición era evacuarlos cuando comenzara la temporada turística, para no ocasionar trastornos al propietario del hotel.
La temporada turística comienza en Semana Santa, que se celebrará este mes de abril, por lo que la ONG Movimiento por la Paz, realiza las gestiones para reubicar a los migrantes y encuentra a otro propietario de hotel dispuesto a acogerlos por tiempo limitado. Este hotel se encuentra en Manzanares (Ciudad Real). De esta manera se puede comprobar que toda la gestión no tiene nada que ver con la delegación de funciones en materia de extranjería y que el Ayuntamiento no ha intervenido en ningún momento en ello. Sin embargo el propietario ha tenido que aguantar durante estos días, insultos e incluso amenazas entre ellos algunos como “solo espero que no violen a una de tus hijas o a tu mujer si la tienes”, además de reiteradas acusaciones a los gobiernos socialistas de “dejar que nos invadan”.
Como no podía ser de otra manera, el fuego seguía ardiendo con la leña de Vox “Es inaceptable que se tomen decisiones que afectan a la seguridad y el bienestar de nuestros vecinos sin contar con ellos”, dando por hecho que la presencia de los migrantes en la localidad es “peligrosa” y pasándose por el arco del triunfo la “presunción de inocencia”. El PP aportaba su grano de arena con el titular dado por Paco Núñez sobre “reconducir la política migratoria en nuestro país”.
Lo cierto es que en este caso no hablamos de “menores no acompañados”, sino de refugiados que huyen de países en guerra, buscando un mejor horizonte a su vida y al de sus familias, algo a lo que la Unión Europea está obligada y de lo que nosotros formamos parte. No se puede invocar a la UE para recibir subvenciones y hacer oídos sordos a las obligaciones.
Lo cierto es que estos 116 migrantes “no tienen por qué ser personas agresivas ni violentas”
Lo cierto es que no estarán solos, sino tutelados por la ONG Movimiento por la Paz.
Lo cierto es que se habrían creado entre 12 y 15 puestos de trabajo para los jóvenes de Manzanares, como monitores, con un contrato que duraría hasta el 31 de diciembre
Lo cierto es que la salida de Cataluña ya estaba pactada antes de que se hablara de transferencia de competencias a la Generalitat catalana.
Lo cierto es que el Ayuntamiento de Manzanares no tiene ningún acuerdo firmado.
Tras conocer todos estos datos el PP, que había presentado una interpelación al Pleno, retiró esta interpelación, con la boca chica, pero con la boca grande felicitó a los vecinos por la “presión” ejercida para paralizar el proyecto, pero omitió que hasta la propia ONG reconoció que tal vez no era el lugar más apropiado.
Una vez más la derecha española, actúa como la más dura policía franquista “primero golpea y luego pregunta” mientras distorsiona la verdad, con bulos y mentiras.