Los presidentes de Castilla-La Mancha y Extremadura, Emiliano García-Page y María Guardiola, han firmado en Mérida la "Declaración de Mérida", un documento reivindicativo que exige al Gobierno de Pedro Sánchez la aceleración de las obras del AVE Madrid-Lisboa. Ambos dirigentes califican como "imprescindible" la conexión de alta velocidad entre ambas capitales y reclaman su plena operatividad en 2030.
La firma de esta declaración institucional formaliza una petición que tanto los Gobiernos de Castilla-La Mancha como de Extremadura, junto con ayuntamientos como los de Toledo y Talavera de la Reina, el Senado y otras instituciones, han venido realizando de manera separada. Su objetivo es que el AVE esté en funcionamiento para la fecha clave de 2030, coincidiendo con la celebración del Mundial de Fútbol que organizarán España, Portugal y Marruecos.
Los presidentes autonómicos consideran que esta infraestructura es "esencial" para la cohesión territorial y exigen al Ejecutivo central que respete los plazos establecidos por la normativa europea para el desarrollo de la Red Transeuropea de Transporte. "Es prioritario garantizar que la conexión ferroviaria esté plenamente operativa en 2030", subrayan en la declaración, en la que también demandan la eliminación de los obstáculos técnicos y administrativos que dificultan la interoperabilidad con Portugal.
Ambos presidentes han criticado duramente los retrasos acumulados y la falta de una planificación clara. "A pesar de los compromisos adquiridos y algunos avances, la situación sigue siendo preocupante. La alta velocidad entre Madrid y Lisboa está fragmentada en tramos inconexos, con problemas de electrificación y modernización", han denunciado.
En la declaración, también alertan de que los plazos actuales ponen en peligro la puesta en marcha del proyecto antes de 2030, con previsiones que podrían extenderse hasta 2034. "Ni Extremadura ni Castilla-La Mancha pueden seguir esperando", ha enfatizado Guardiola, quien ha agradecido a Page su apoyo en esta reivindicación común.
Por su parte, García-Page ha calificado la situación como "una patraña" y ha criticado la falta de avances reales en la ejecución del proyecto. "Estamos bastante hartos. Es hora de que España mire la Península en su conjunto y no solo a determinadas zonas", ha declarado.
Además de la "Declaración de Mérida", ambos presidentes han firmado un protocolo de colaboración entre Castilla-La Mancha y Extremadura en materia de emergencias. Este acuerdo establece un marco de cooperación para la coordinación de los centros 112 y la prevención y extinción de incendios forestales.
"Cuanto más coordinados estemos, más vidas podremos salvar", ha afirmado Guardiola, quien considera "prioritario" contar con recursos sincronizados para mejorar la atención a los ciudadanos. Por su parte, Page ha defendido que "las emergencias no entienden de fronteras" y ha criticado la falta de una estrategia nacional para coordinar a las comunidades autónomas.
Con este protocolo, se establece una Comisión de Seguimiento con cuatro miembros, dos designados por cada comunidad, que se reunirá al menos dos veces al año para supervisar la implementación del acuerdo.