Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ha negado que el PSOE haya "traicionado" su integridad, aunque ha reconocido que en los últimos tiempos se han comprometido "demasiado" sus "valores y principios". En una entrevista emitida en el popular programa de Antena 3 El Hormiguero, García-Page expresó su dolor ante algunos de los giros del partido, pero confía en que se regresará a los orígenes y a los principios que han representado históricamente a las "grandes mayorías" sociales.
El líder regional destacó que a pesar de las discrepancias internas, se siente "cómodo" dentro de su partido, subrayando que el PSOE debe centrarse en "representar a la mayoría de la gente", en lugar de sumar minorías. Además, insistió en que las instituciones, comenzando por la presidencia del Gobierno, "no pueden ponerse en alquiler", defendiendo la necesidad de volver a espacios de consenso, citando como ejemplo el acuerdo logrado entre los dos grandes partidos en Portugal.
En su intervención, García-Page también habló de su relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien calificó de "muy poca, básicamente institucional", destacando que cuando ambos han coincidido han hablado "con cordialidad". Aunque aseguró que no se considera "sanchista" ni "pagista", dejó claro que su relación con Sánchez se basa en el respeto mutuo, aunque también reconoció que la situación política en Castilla-La Mancha le "da pocas alegrías" al presidente del Gobierno.
En cuanto a las posibles amenazas a su liderazgo, García-Page expresó que no cree que Pedro Sánchez tenga intención de "moverle la silla", dado que el PSOE en Castilla-La Mancha ha conseguido importantes victorias electorales. "La política es así de despiadada", añadió con una sonrisa.
La entrevista de Emiliano García-Page en El Hormiguero no solo fue significativa a nivel político, sino también en términos de audiencia. El programa, presentado por Pablo Motos, alcanzó un 16,5% de cuota de pantalla y 2.294.000 espectadores, convirtiéndose en el programa más visto del lunes. Este éxito consolidó a El Hormiguero como líder de audiencia en su franja horaria, superando a su competidor directo, La Revuelta, por ocho décimas (16,4% frente a 15,6%). Sin duda, la presencia de García-Page contribuyó al gran impacto mediático del programa.
Con su intervención, el presidente de Castilla-La Mancha reafirma su posición en el PSOE y abre el debate sobre el futuro del partido, la política en su comunidad y la importancia de lograr consensos entre los grandes partidos en España.