Con tan solo 16 años, la judoca Aiora Martín Carriches, natural de Talavera de la Reina (Toledo), se ha proclamado campeona del mundo y mejor deportista femenina sub-20 en su disciplina. Sin embargo, a pesar de sus impresionantes logros, no recibe apoyo institucional en su tierra natal y lleva años federada en la Comunidad Valenciana para seguir creciendo como deportista. Desde La Voz del Tajo hemos hablado con Aiora, que nos ha contado su trayectoria, sus sacrificios y los retos que aún tiene por delante.
"ESTOS TÍTULOS SON IMPORTANTES POR TODO EL TRABAJO QUE CONLLEVAN". Aiora no oculta el valor que tienen sus títulos, pero destaca que lo realmente importante es el esfuerzo que hay detrás de cada medalla. "Para mí son muy importantes, pero no por lo que son, sino por todo el trabajo que conlleva conseguirlos", señala la joven.
Desde los tres años ha estado vinculada al judo y ha pasado por momentos difíciles, pero también por experiencias que la marcaron para siempre. "Uno de los momentos más especiales para mí fue el primer año cadete, porque no pude conseguir medalla ni en el Europeo ni en el Mundial. La verdad es que me marcó para seguir adelante sabiendo que sí se podía", explica la joven campeona.
UNA RUTINA DE ESFUERZO EXTREMO: "ENTRENO HASTA SEIS HORAS AL DÍA". El día a día de Aiora es un reflejo del esfuerzo y sacrificio que requiere competir al más alto nivel. "Normalmente entreno entre tres y cuatro horas al día. De judo son unas dos o dos horas y media, y luego hago preparación física para llegar bien. Si estoy en concentraciones, a veces entreno hasta seis horas", comenta.
Sin embargo, pese a sus logros, Aiora asegura que no ha recibido ningún apoyo ni del Ayuntamiento de Talavera ni de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Esta falta de respaldo fue lo que la llevó a federarse en la Comunidad Valenciana. "La Federación Valenciana se fijó en mí cuando era alevín y apostó por mí. No he recibido el apoyo ni del Ayuntamiento ni de la Junta, así que ellos decidieron darme su respaldo porque un deportista de este nivel necesita esos apoyos", detalla.
Aunque su nombre ya es conocido en el panorama deportivo internacional, Aiora reconoce que los reconocimientos oficiales en la Ciudad de la Cerámica han sido mínimos. "Tuve una visita con el alcalde y poco más".
En cuanto a financiación, la judoca cuenta con algunos patrocinadores, como Artectum, Maperi y Cejama, pero esto no es suficiente para cubrir los altos costes de las competiciones. "Al fin y al cabo, las competiciones suelen ser muy caras, así que el dinero sale del bolsillo de mis padres y de la Comunidad Valenciana".
Viajar y competir en el extranjero también forma parte de su rutina. "Las competiciones en otros países se sienten diferentes, notas más presión, pero al final ves a deportistas con mucho nivel y piensas que tienes que esforzarte más, ya que en España pocos deportistas tienen ese nivel", explica.
Aiora sigue con la mirada puesta en sus próximos objetivos deportivos. "Tengo una competición la semana que viene, una Copa de España, pero lo que más me importa es la Copa de Europa en Génova, en febrero", asegura con ilusión.
El apoyo familiar ha sido fundamental en su carrera, especialmente el de su padre, que también es su entrenador. "Antes de competir jugamos un calientamanos y él me da un beso en la frente", comenta.
Cuando le preguntamos qué significa para ella la palabra "éxito", Aiora reflexiona: "Últimamente estoy pensando que éxito son todos los sacrificios que haces para llegar a lo más alto, no solo lograr el objetivo. Es el esfuerzo, la dedicación y las horas que pones para conseguirlo".
Aiora Martín Carriches es un ejemplo de trabajo, sacrificio y talento, un talento que, a pesar de la falta de apoyo institucional en su tierra, sigue brillando en los tatamis del mundo. Con su mentalidad y determinación, tiene claro que su camino hacia el éxito apenas acaba de comenzar.