Cuando una persona encuentra su lugar en la vida suele decirse que hace algo por vocación, que su labor es vocacional, que “nació para ello”. Ese amplio espectro que relaciona lo laboral y lo personal se suele identificar con grandes genios de la cultura, las ciencias, el deporte o la empresa privada.
Pero, en escasísimas ocasiones podemos imaginar que nos referimos a alguien que empezó en esto de la cosa pública, como funcionario de carrera, hace 42 años, 2 meses y 6 días y que ahora deja su actividad por ‘jubilación’ tras un periplo más que exitoso. Y lo celebró con muchos de sus compañeros de la plantilla municipal el pasado viernes con un aperitivo en el que todos le mostraron su respeto y su cariño (imágenes que acompañan este texto).
El caso al que nos referimos es el de Luis Miguel Alonso Robledo, que hasta este pasado viernes ocupaba puesto directivo en el Órgano de Gestión Tributaria del Ayuntamiento de Talavera de la Reina pero también ha ejercido como interventor, jurado de los Premios Ciudad de Talavera, locutor profesionalísimo de cualquier carrera de atletismo, encontrador de soluciones difíciles o mente preclara para identificar los problemas de una ciudad que no le vio nacer pero que sí la considera como suya, la Ciudad de la Cerámica.
Han sido, efectivamente, más de 42 años en la ‘Casa Grande’ talaverana en los que ha visto pasar 12 elecciones democráticas, 13 corporaciones municipales, 1 moción de censura y 10 alcaldes desde su llegada el 13 de septiembre de 1982, siendo alcalde Pablo Tello Díaz, hasta hoy.
Su discreción y la amplia visión frente a las situaciones que ha vivido le siguen acompañando día a día y prueba de ello es la cantidad de personas que siguen confiando en él para pedirle opinión sobre las más diversas temáticas. No es que sepa de todo, sino que cuenta con una capacidad de respuesta cuasi automática a cada problemática que se le pone por delante.
Si debemos ensalzar una de las muchas virtudes de ‘Luismi’, como le conocen sus más cercanos, es la memoria. Ahora que Talavera comienza a ser la capital de datos, el ‘disco duro’ que atesora en su cerebro es portentoso. Su capacidad para, de forma inmediata, encontrar una fecha, un personaje, un nombre o una situación es auténticamente sorprendente. Esa ventaja es muy probable que se eche de menos, a partir de ahora, en el Consistorio cerámico aunque Luis Miguel, estamos seguros, seguirá visitando la que hasta ahora ha sido su segunda casa con mucha asiduidad.
Podríamos seguir ampliando el catálogo de virtudes de alguien que sólo ha sembrado amistades en su camino, pero sí podemos destacar un par de facetas más de su personalidad es el amor por la ciudad de Talavera, aunque él tenga muy a gala ser de Alcaudete de la Jara, y la gran cantidad de amistades que ha generado en su devenir vital. Es difícil encontrar a alguien a quien no haya escuchado ofreciéndole su franqueza, lealtad y solidaridad porque Luis Miguel Alonso, sin lugar a dudas, puede presumir de ser más que amigo para los suyos –aunque la humildad que le adorna notablemente no se lo permita–, siempre sabiendo escuchar y aportando positividad a cada reto que se le propone. El último, la presidencia de la Asociación contra el Cáncer de Talavera de la Reina donde aún no se han dado cuenta que han hecho un fichaje galáctico.
Desde La Voz del Tajo, todos los que hacemos este periódico –en el que fuiste hasta corresponsal– sólo podemos desearte lo mejor en la confianza que quien está a tu lado te va a hacer muy feliz. Gracias por ser como eres, Luismi.