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Juan de Mariana en el ciento cincuenta aniversario del privilegio de emisión del Banco de España durante la Primera República

ARTÍCULO

Escrito por Julio Fernández-Sanguino Fernández

LVDT | Sábado 12 de octubre de 2024

En este año se celebra el ciento cincuenta aniversario del privilegio de emisión al Banco de España para que se pudiera difundir el billete único, la peseta, en todo el territorio nacional, medida adoptada en la Primera República Española en 1874.

Como antecedente, cabe señalar que habría que esperar hasta mediados del siglo XIX para que el Sistema Financiero Español se impulsase dentro de las medidas económicas emprendidas en la nueva etapa política conocida como el Bienio Progresista tras los problemas generados en la anterior Década Moderada. Por la Ley de 28 de enero de 1856 el Banco de San Fernando cambió su denominación por la de Banco de España, que es la que se mantiene en la actualidad. No tenía sentido mantener las referencias a un monarca que había fallecido hacía más de veinte años, al margen de cómo hubiera sido, y, además, había que adecuar la denominación de la Entidad a la terminología europea, como había sucedido con el Banco de Inglaterra o el de Francia años atrás.

Esa etapa política terminó con el pronunciamiento militar de O’Donell y la formación de un gobierno por Narváez que inicia un periodo similar al de la anterior Década Moderada que terminaría provocando la mayor crisis financiera y económica del capitalismo español en 1866. El Sistema Financiero comenzó a experimentar un claro desarrollo tras la revolución de septiembre de 1868 conocida como La Gloriosa, que supuso el destronamiento y exilio de Isabel II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático. El 19 de octubre de ese año se realizó la reforma del Sistema Monetario ajustándolo a las bases adoptadas en el Convenio Internacional de 23 de diciembre de 1865, conocido como el Tratado de la Unión Monetaria Latina suscrito por varios países europeos. En consecuencia, se adoptó un nuevo sistema monetario con la peseta, con cien céntimos, como unidad básica de medida.

Seguidamente, en la Primera República Española se aprobó el Decreto de 19 de marzo de 1874 con la propuesta del ministro de Hacienda José Echegaray de establecer por medio de un Banco Nacional la circulación fiduciaria única en sustitución a la |que se venía realizando con varios bancos provinciales. El Banco de España se hizo cargo del monopolio de la emisión de billetes y asumió el compromiso de facilitar la circulación monetaria en todo el territorio español y de ocuparse en descontar efectos, realizar giros, conceder préstamos, llevar cuentas corrientes, ejecutar cobros, recibir depósitos voluntarios, necesarios y judiciales, operaciones necesarias para impulsar la actividad financiera y comercial. Para cumplir las misiones encomendadas, el Banco de España inicia en ese año la creación de sucursales que posibilitarían el desarrollo económico del país.

Estas medidas económicas hay que enmarcarlas entre las emprendidas por la Primera República Española constituida al final del Sexenio Democrático el 11 de febrero de 1873. El golpe de Estado de Pavía impone el 3 de enero de 1874 una república unitaria bajo la dictadura de Serrano hasta el pronunciamiento de Martínez Campos a finales de ese año, que dio paso a la restauración de la monarquía borbónica.

Un Banco de España en todo el territorio nacional propició la consolidación del Sistema Monetario y Financiero en el país y posibilitó su posterior desarrollo para poder llegar a la situación actual. Las últimas medidas expuestas, al igual que otras, tienen su base ideológica en la Revolución de 1868, que se habían ido gestando con anterioridad por progresistas españoles para tratar de modernizar y mejorar el país.

En 1868 se rescató igualmente la figura olvidada del Padre Juan de Mariana, teniendo un destacado protagonismo en este asunto Francisco Pi y Margall, que lo señalaba como unos de los escritores más destacados del siglo XVI y siguiente, quien se desplazó en 1888 a Talavera con ocasión de la inauguración de la estatua del ilustre jesuita. A principios del siglo XX el compromiso de los políticos republicanos fue reconocido. En 1905 el Banco de España, con el fin de sumarse al homenaje nacional tributado a José de Echegaray, emitió un billete con su retrato y en Talavera a Pi y Margall, que había resaltado a la ciudad a nivel nacional, se le dedicó una calle en 1904 que recordaba su labor hasta 1937 que se borró su nombre por la Corporación franquista.

Por último, cabe señalar que en este año 2024 tienen lugar números actos con motivo del cuarto centenario del fallecimiento del Padre Juan de Mariana, especialmente en Talavera con la participación de destacados intervinientes, entre los que se pueden citar a título de ejemplo a Peñalver y a Olmedo, contrastando con la escasa repercusión habida en el tercer centenario durante la Dictadura de Primo de Rivera y sin la participación de la intelectualidad talaverana como señaló el notable periodista Ginestal.

Para sumarme al reconocimiento del Padre Juan de Mariana, en anteriores artículos se expuso, entre otras cuestiones, sus aportaciones al área económica y sobre el buen gobierno. En relación con el tema tratado en este texto, merece señalar, entre los insignes españoles que siguieron los principios del recto jesuita, a Francisco Pi y Margall y a José de Echegaray que coincidieron en los gobiernos de la Primera República, ya que ambos representan a una clase política honesta y desinteresada que realizó una labor que todavía perdura.

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