Si bien los riesgos de consumir tabaco son más conocidos por su impacto perjudicial en la salud respiratoria, pudiendo ser la causa de cáncer de pulmón o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), existe aún muy poca conciencia sobre cómo el tabaquismo incrementa el peligro de padecer afecciones del corazón.
Es necesario generar, tanto visibilidad como conciencia, sobre los riesgos que vulneran nuestra salud cardiovascular. Entre los problemas cardiacos más usuales que puede causar el tabaquismo figuran el infarto de miocardio, la angina de pecho, la afección cerebrovascular (como el ictus cerebral), el aneurisma (el cual surge por la dilatación de la aorta abdominal), entre otros.
Como toda enfermedad, combatir el tabaquismo no es nada fácil; sin embargo, según datos otorgados por la Sociedad Española de Cardiología3, los beneficios que conlleva la cesación tabáquica se notan desde los primeros 20 minutos, donde la circulación periférica, la presión arterial y la frecuencia cardiaca mejoran. Y, si se deja de fumar por más tiempo:
Desde Aflofarm, compañía farmacéutica referente en el tratamiento de la dependencia al tabaco, comparten 5 consejos para mejorar la salud cardiovascular y elevar así nuestra calidad de vida:
Procura además dedicar tu tiempo libre a actividades que disfrutes, ya sean artísticas o outdoor, que te permitan mejorar tu estado de ánimo y autorregular tus emociones.
El primer paso para dejar de fumar es escoger cuándo quieres dejarlo, no lo retrases mucho tiempo y evita fechas lejanas, no más de una o dos semanas de distancia.
Realiza un plan de actividad física, muévete: practicar deporte no significa realizar largas horas de entrenamiento o correr una competición. Si se busca constancia hasta convertirlo en un hábito, adáptalo a tus características, tiempo y capacidades físicas.
Controla la presión arterial y los niveles de colesterol: La hipertensión y los niveles altos de colesterol aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Es importante realizar controles periódicos de la presión arterial, ya que la hipertensión arterial a menudo no presenta síntomas, pero puede conducir a complicaciones graves como enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y enfermedad renal.
Por otro lado, el colesterol LDL ("malo") puede contribuir a la aparición de placas arteriales, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Los niveles de colesterol LDL deben mantenerse por debajo de 100 mg/dL. Y recuerda, aunque no tengas antecedentes de hipertensión o colesterol alto, realiza controles periódicos para detectar cualquier problema a tiempo y tomar medidas para mantener una buena salud cardiovascular