La muerte de Mateo, el pequeño de once años asesinado este domingo en Mocejón (Toledo), ha conmocionado a la sociedad española, que no se explica cómo alguien puede quitarle la vida a un niño indefenso.
El ataque se produjo sobre las 10:00 de la mañana, mientras el menor estaba jugando con otros niños en el campo del polideportivo Ángel Tardío de Mocejón. El menor sufrió más de 10 puñaladas.
La localidad toledana está consternada por lo ocurrido. Pero el dolor y la rabia por la muerte de Mateo también ha calado en el barrio de Azucaica, situado a tan solo siete kilómetros de Mocejón. Muchos vecinos de Azucaica tienen lazos familiares con Mocejón, y otros tantos realizan acciones cotidianas en el pueblo: ir a los bancos, a los supermercados, al mercadillos, a los bares… Mocejón y el barrio toledano de Azucaica han sido siempre más que vecinos, por eso el asesinato de Mateo ha sacudido a los vecinos.
“Estamos destrozados. Pobre niño. Podía haberle pasado a cualquiera. Aquí los niños también juegan tranquilos en los parques. Es una pena”, comenta una vecina de Azucaica a La Voz del Tajo.
“Azucaica y Mocejón siempre han estado conectadas. Tengo familiares allí y me comentan que el pueblo está destrozado. Desde Azucaica nos unimos al dolor de nuestros vecinos. Ojalá cojan pronto al asesino y se haga justicia”, relata otra vecina azucaiqueña.
Las últimas informaciones apuntan a que el asesino sería un joven de entre 16 y 17 años, de complexión delgada y de baja estatura. Según ha confirmado la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, se busca a un joven de piel blanca. El autor de la muerte de Mateo llevaría una camiseta blanca y uhyó en un Fordo Mondeo antiguo de color gris.