Cuando a uno algo le viene grande, en psicología se suele hablar del síndrome del impostor, un trastorno psicológico que va mucho más allá de la inseguridad o la falta de autoestima. Sentirse un fraude afecta seriamente a la salud mental...
Cuando eso ocurre y uno tiene responsabilidades públicas, la cosa se complica. Pero cuando manifiestamente quieres echarle la culpa a los demás de tus propios errores, entonces sale a escena un viejo conocido de la Armada española en el siglo XVIII: el capitán Araña, que embarcaba a marineros rumbo a América y él se quedaba en tierra.
En su momento ya bautizamos a un personaje talaverano con esa distinción, el capitán Araña, pero otros vendrán que bueno te harán. Y a fe que han llegado.
La polémica del Ayuntamiento de Talavera, y más concretamente del concejal de urbanismo Benedicto García, sobre la licencia del club de alterne Jake en Gamonal ha pasado del “teníamos que darle la licencia obligatoriamente” al “que sea la Junta la que no les inscriba en el registro de empresas” para que el mochuelo deje de sobrevolar la cabeza del edil de la cosa y, de paso, la del alcalde José Julián Gregorio.
Ahora, el equipo de gobierno del PP que tiene en VOX su mejor muleta y, dicen las malas lenguas, que el alcalde también en la sombra, está siendo castigado por sus correligionarios sobre la apertura del lupanar. Esto de ir a misa diaria es lo que tiene, que te pillan con el mazo dando si no estás a Dios rogando.
Gregorio, que es quien figura como responsable final de cada acto que ocurra en el edificio de la Plaza del Pan, está agobiado por este Jake Mate en que le ha metido su concejal… y no ven salidas. Quizá les quede una puerta abierta, la del cine para ver una estupenda película española recientemente estrenada donde pueden verse reflejados y encontrar la solución. ¿El título de la peli? Muy revelador, MENUDAS PIEZAS.