España es campeona de Europa, Alcaraz gana Wimbledon, Mbappé se presenta en el Bernabéu, Donald Trump sufre un atentado en Estados Unidos, VOX rompe con el PP en los gobiernos autonómicos o García-Page y Núñez se ponen de acuerdo para reformar el Estatuto de Castilla-La Mancha… siete días dan para mucho.
Dice el refranero que “en las buenas tus amigos te conocen, pero en las malas conoces a tus amigos” y no hay nada más certero que un refrán español. Tras la ruptura de los ultras de Abascal con los liberales de Feijóo a costa del reparto de menores inmigrantes no acompañados por las comunidades autónomas de nuestro país, ahora la sombra se cierne sobre los ayuntamientos.
El miedo ya se ha apoderado, por ejemplo, del consistorio talaverano donde el portavoz del PP se alinea con su dirección nacional y se muestra a favor de acoger menores inmigrantes. Mientras tanto, el que ostenta el título de alcalde –José Julián Gregorio– dice que este asunto es competencia de la Junta y que no será partícipe de ello, plegándose –una vez más– a quien ejerce realmente el puesto de primer edil talaverano, el ultraderechista de VOX David Moreno.
Este mismo se ha apresurado a decir que “el alcalde de Talavera ha garantizado no colaborar en acoger a inmigrantes”, por sus… cooo…mpromisos adquiridos. Vamos que los niños migrantes que tengan que llegar a la Ciudad de la Cerámica no podrán ser empadronados y, por consiguiente, no accederán a los campamentos urbanos municipales, no podrán ser escolarizados, no tendrán posibilidad de alimentarse en un comedor público y estarán más cerca del calabozo que de otro sitio, por obra y gracia de VOX.
Ante todo esto, me surge la pregunta. ¿Por qué en Toledo no se ha formado este revuelo? ¿Será capaz José Julián Gregorio López de no mover un dedo por ayudar a los tres, cuatro o cinco chavales que lleguen a Talavera sin nada? ¿O será capaz de contradecirse a sí mismo y hacer frente a su querido socio de gobierno, David Moreno? Si esto ocurre, ¿será capaz Moreno de romper el gobierno de conveniencia que hoy rige en Talavera?
"Amistad por interés, hoy es y mañana no es". Gregorio está preso de su propia incapacidad. Tiene espías hasta en su propio gabinete y no es libre para decidir nada, pero ha sido él solito el que ha apretado la soga alrededor de su cuello. Tiene que pedir permiso a su falso amigo David Moreno, como él mismo reconoció recientemente con una desafortunada comparación ante los medios, hasta para comerse un sándwich.
José Julián Gregorio, al que podríamos bautizar como el heterosemántico por sus vaivenes dependiendo cómo despierte quién dirige sus pasos en Talavera, se arriesga a que le puedan llamar la atención en el PP y en la calle. Gregorio es ese alcalde convertido en Poncio Pilatos que pide colaboración a otras instituciones y luego se lava las manos cuando hay que dar el do de pecho. JJ, como le llaman en los círculos más cercanos, prefiere el sillón a la gallardía valiente de enfrentarse a quien le tiene cogido por las partes blandas.
Señor Gregorio, piense que “no es amistad la que siempre pide y nunca da” además que “en prisión y enfermedad se conoce la amistad”. Usted sabe por qué se lo digo, dos personajes muy cercanos a usted encarnan estas frases a la perfección. Quizá ha llegado el momento de que su careta caiga súbitamente, como el telón de una mala obra de teatro.