Las intervenciones arqueológicas realizadas en el edificio del Museo Arqueológico Provincial de Ourense en el año 2003 pretendían profundizar en el conocimiento de la historia urbana de la ciudad, así como en la cultura material y la vida cotidiana postmedieval.
Durante las excavaciones apareció un cuenco de la segunda mitad del siglo XVI/mediados del XVII, identificable con la serie tricolor de loza tipo de Talavera de la Reina (Toledo), que debía formar parte de la vajilla de lujo de la sociedad ourensana de la época.
Tras un delicado proceso de restauración, se puede apreciar que la altura del cuenco podría oscilar entre 6,9 y 8 centímetros, con diámetro de unos 21,5 cm., y presenta decoración exterior e interior. El exterior conserva restos que se pueden identificar con motivos vegetales estilizados en azul y perfilados en púrpura.
En el interior hay un motivo central formado por un ciervo rodeado de motivos vegetales y una mariposa, utilizándose tres colores: azul, naranja rayado y morado para el contorno de las figuras. Todo ello enmarcado por una cenefa tricolor con motivos geométricos que ocupa el borde de la pieza.
La arqueóloga María Luisa Castro Lorenzo precisa en la descripción del cuenco que la cerámica de Talavera es símbolo de nuestra apertura al mundo del Renacimiento occidental y por ello aparece pintada en bodegones y fue alabada por los escritores de la época. La producción de Talavera estuvo apegada a la tradición mudéjar hasta el siglo XVI; pero con la llegada de innovaciones técnicas y estéticas italianas, Talavera será la primera en recoger, asimilar e interpretar en cierto modo el nuevo gusto renacentista de la época y en poco tiempo sus productos invadieron los mercados y alcanzaron gran fama.
El análisis de esta pieza se realizó desde diferentes enfoques, histórico-artístico y arqueológico, teniéndose en cuenta que la producción cerámica de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo es estudiada conjuntamente. Su identificación no presenta ninguna duda por su calidad y el uso de los tres colores azul, naranja y morado, aunque no se puede precisar la identificación del alfar de procedencia.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la serie tricolor, que por su éxito y aceptación fue la que mayor fama dio a Talavera, fue igualmente la más imitada en otras alfarerías españolas, que ofrecían un producto similar, pero de inferior calidad y menor precio.
Por último, cabe destacar que la referencia del Museo Arqueolóxico Provincial de Ourense sobre la pieza Cuenca de Talavera incluye una amplia y precisa referencia de la cerámica talaverana en la época señalada, con descripción de materiales, técnicas empleadas, temas decorativos, colores, cocción y otras cuestiones de interés, todo ello en relación con la difusión de la cerámica de Talavera de la Reina en Galicia en los siglos XVI y siguiente.
Texto: Julio F-Sanguino Fernández