El Consejo de Gobierno ha acordado esta semana declarar Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Monumento, la presa romana de Moracantá, en Villaminaya (Toledo), en el límite con Almonacid y la sierra de La Oliva.
Así lo ha anunciado a los medios de comunicación la consejera Portavoz, Esther Padilla, quien ha recordado que se trata del undécimo BIC aprobado en el Consejo de Gobierno durante esta legislatura y el número 78 desde que gobierna Emiliano García-Page, en línea con su voluntad de seguir “protegiendo nuestro legado histórico y patrimonial”.
Tal y como ha continuado la portavoz, esta declaración supone el reconocimiento del valor patrimonial “de una construcción que posee un valor sobresaliente que, junto con su entorno de protección, representa un patrimonio cultural de singular riqueza”.
Según ha explicado Padilla, se trata de una estructura hidráulica de época altoimperial romana de abastecimiento y regulación de agua.
“Es evidente la explotación del territorio desde esta época, aunque hay restos de enterramientos de época tardoantigua, por lo tanto, tuvo una continuidad a lo largo del tiempo”, ha añadido Padilla, quien ha recordado que los sedimentos acumulados en la zona han sido de gran utilidad para que los investigadores lleguen a estas conclusiones.
Esta pequeña presa, concretamente de un azud de 44 metros de longitud, dos de espesor y dos de altura, fue construida trasversalmente al cauce del arroyo de Prado Redondo y podría haber tenido doble uso. Por un lado, la acumulación de una pequeña lámina de agua como aprovisionamiento para los meses más cálidos y, por otro, para regular el cauce de los arroyos en su confluencia, tal y como ha desarrollado la portavoz.
Tradicionalmente, se ha vinculado esta presa con el yacimiento denominado Villa de la Dehesa de Villaverde, a unos 3,5 km al suroeste. “El hallazgo en la última campaña de investigación de un enterramiento y el posible uso habitacional del muro asociado a la presa, abre nuevas perspectivas de investigación que, precisamente ahora encara junto a su rehabilitación y puesta en valor, el Ayuntamiento de Villaminaya”, ha explicado la portavoz.
El Ejecutivo regional, por su parte, se suma a esta protección con este reconocimiento como BIC, que podrá servir para fomentar la conservación, “si bien la estructura se encuentra en buen estado y no requiere de medidas urgentes de salvaguarda”, ha incidido Padilla.
En otro orden de cosas, ha apuntado que el Ejecutivo regional invirtió un total de 50.000 euros en esta zona, a cargo de los fondos de Recuperación, Transformación y Resiliencia, para la consolidación de las estructuras de la presa y anexas que conforman el yacimiento, “poniendo en valor este espacio”.
Por otro lado, la portavoz ha querido brindar curiosidades históricas relacionadas con la presa y es que ha atestiguado, al menos, tres importantes batallas. En primer lugar, la batalla del Guazalete del año 742, en la que se enfrentaron los rebeldes bereberes y las tropas del emir cordobés.
Acontinuación, la batalla disputada, en el año 854, entre la unión conjunta de los reinos astur y pamplonés, aliados a la población sublevada de Toledo, en contra de las tropas del emir Muhammad I de Córdoba. Por último, también presenció la batalla de Almonacid, de 1809, en la Guerra de la Independencia, tal y como ha explicado la portavoz.