La doctora Laura García Zoghby, del servicio de Medicina Nuclear del Hospital Universitario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha recibido el premio a la mejor comunicación oral por un trabajo sobre cáncer de próstata en el 40º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular, celebrado recientemente en Pamplona.
El trabajo, titulado ‘Carga tumoral en PET/TC con 18F- CFPyL en pacientes con recurrencia bioquímica de cáncer de próstata: asociación con biología tumoral y cinética del PSA’, ha sido elaborado por Laura García Zoghby, Ángel Soriano Castrejón, Ana María García Vicente, Marcos Cruz Montijano, Jaime Bonilla Plaza, María Fernanda Ollarves Carrero, Maglen Katherine Meneses Navas y Stefania Guzmán Ortiz, del Hospital Universitario de Toledo; Mariano Amo Salas, del Departamento de Matemáticas, Universidad de Castilla La Mancha; y Pablo Borrelli del Departamento de Fisiología Clínica, Hospital Universitario Sahlgrenska.
La comunicación está centrada en el uso de la PET/TC con 18F-DCFPyL, un radiofármaco más específico de la célula tumoral prostática indicado en la localización de la recidiva de los pacientes afectados de cáncer de próstata.
El estudio realizado se basa en la obtención de variables de carga tumoral metabólica mediante el uso de una herramienta de software basada en Inteligencia Artificial. La correlación de estas variables, con parámetros clínicos del paciente en el momento de la manifestación de la recaída, puede permitir la selección de los casos con mayor riesgo y, por tanto, subsidiarios de un manejo diagnóstico más exhaustivo y precoz.
Los resultados de este trabajo colaborativo a nivel internacional y con la Universidad de Castilla-La Mancha son objeto, además, de la tesis doctoral de Laura García Zoghby, que será defendida en este año.
La PET-TC es una prueba diagnóstica de medicina nuclear, no agresiva y segura, que valora la distribución de una sustancia radiactiva, administrada intravenosamente, dentro del cuerpo, ofreciendo una visión híbrida del metabolismo y la anatomía, que ayuda a identificar tumores u otros trastornos y a determinar su ubicación precisa dentro del cuerpo.
La Medicina Nuclear es la rama de la medicina que emplea los isótopos radiactivos, las radiaciones nucleares, las variaciones electromagnéticas de los componentes del núcleo y técnicas biofísicas afines para la prevención, diagnóstico, terapéutica e investigación médica. Sus principales campos de acción son el diagnóstico por imagen y el tratamiento de determinadas enfermedades mediante el uso de medicamentos radiofármacos.
Las aplicaciones clínicas de los radiofármacos abarcan prácticamente a todas las especialidades médicas y sus áreas de aplicación son tanto diagnósticas como terapéuticas.
Las técnicas de diagnóstico se basan en los radiofármacos o trazadores, que son sustancias que, introducidas en el organismo, permiten su seguimiento desde el exterior. El trazador se fija en un tejido, órgano o sistema determinado. Mediante la utilización de una gammacámara se obtienen imágenes de dicho órgano, que no son únicamente morfológicas, sino funcionales y morfo-funcionales. En los últimos años, gracias a la PET/TC, los estudios han pasado a ser moleculares.
Desde el punto de vista terapéutico, la Medicina Nuclear tiene sus principales aplicaciones en el cáncer de tiroides, el hipertiroidismo, el tratamiento del dolor óseo metastásico, los tumores neuroendocrinos y el cáncer de próstata.
El servicio de Medicina Nuclear es, junto a los de Oncología Radioterápica y Radiofísica y Protección Radiológica, una de las nuevas especialidades que se han sumado a la cartera de prestaciones con la apertura del Hospital Universitario de Toledo.
Está situado en la primera planta del Edificio E y cuenta con una superficie de 1.500 metros cuadrados. En esta zona se desarrollará la casi totalidad de la actividad de la cartera de servicios de Medicina Nuclear. A ello, hay que sumar el área de Terapia Metabólica, con una superficie de 70 metros cuadrados, ubicada en la Planta 3, consistente en dos habitaciones para tratamientos oncológicos con isótopos radioactivos, así como un almacén de residuos radiactivos en el sótano 2.