OPINIÓN

Lo que hay detrás de la amnistía integral

Sala de crisis

Artículo escrito por Miguel Perantón

Miguel Perantón | Jueves 01 de febrero de 2024

Que JUNTS ha votado en contra de la ley de amnistía después de estar a favor de la misma, de haberla votado a favor en varias ocasiones antes de llegar al pleno del Congreso de los Diputados y de quedarse en solitario incluso entre los partidos independentistas, que sí la han apoyado, solo tiene una interpretación por mucho que nos ceguemos en querer leer las consecuencias.

Es cierto que la ley beneficia a muchas personas que únicamente obedecieron instrucciones, policías, directores de centros escolares, presidentes de mesas electorales y un largo etc. Y no me creo que en JUNTS no hayan hecho el cálculo del desgaste electoral que les supone rechazar una ley que beneficia a muchos catalanes. Esto, por otro lado, justifica la aceptación de ERC, que es el principal beneficiario del lío. Pero…

JUNTS habla de una amnistía integral. Y lo hace porque se enfrenta a un escenario electoral muy próximo. Donde parte en desventaja porque el gobierno de Cataluña está en poder de ERC y con una expectativa importante de que el partido socialista pueda hacerse con la victoria electoral y probablemente el gobierno de la Generalidad, de cara a esa convocatoria.

JUNTS convierte la amnistía en Integral para que Puigdemont además de poder volver pueda convertirse en candidato en las elecciones catalanas.

El PSOE sigue sufriendo un desgaste infinito a cuenta del intento de normalización y reconducción de la situación sociopolítica catalana, en la creencia de que los vientos amainen si alcanzan ese gobierno y con el esfuerzo institucional y orgánico que haga falta, incluso del cuestionamiento interno. Un partido centenario con sentido de estado que cuenta con 121 escaños a los que suma los de su socio de gobierno no está manteniendo una posición firme frente a un partido muy minoritario que sólo aporta 7 y ninguna estabilidad, más bien solo exigencias que contribuyen a que esa no exista. Pero la presión ha llevado a todos hasta el precipicio. Y ahora el escenario parece haber cambiado.

Pero hay una clave que ciertamente me tenía desconcertado hasta que ayer un buen amigo me aportó una respuesta. ¿Qué está haciendo el PP? Pues tenemos la posición que transmiten desde su oficialidad y que por sí sola debería asustar a Puigdemont y sus correligionarios. Pero hay un elemento en el que en mi ingenuidad no había reparado, el juez García Castellón, como exponente de la reacción producida en una parte del poder judicial.

Y es que, quizás sea pura casualidad, pero parece que tras estas reacciones pueda subyacer algo más que el “procés”. Y en lugar de un proceso sea un pretexto para una pelea más amplia entre poderes.

Todo esto me lleva a pensar en los intereses del PP para no renovar el CGPJ. Y ahora también pienso en los intereses y compromisos que ahora podrían existir para renovarlo, en la forma de hacerlo.

¿Les parece casual que PSOE y PP se emplacen justo ahora con un mediador que no es otro que el comisario europeo de justicia y que había rechazado esa función hace semanas, para hablar de la renovación del Poder Judicial? ¿Justo ahora?

Y mientras el CIS dice que los españoles colocamos la amnistía en el puesto 35 de lo que nos preocupa.

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