El secretario de Organización del PSOE de Castilla-La Mancha y diputado nacional, Sergio Gutiérrez, ha analizado hoy los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) y ha destacado que, desde que Emiliano García-Page es presidente, “lo que estamos haciendo es duplicar el crecimiento económico, duplicar el empleo y reducir la tasa de paro a más de la mitad”.
“Hoy tenemos 160.000 personas más trabajando en Castilla-La Mancha que cuando estaba el PP, y eso lo hemos hecho ejerciendo bien las competencias. Hemos cerrado el 31 de diciembre de 2023 con el menor número de personas paradas de la serie histórica, es un muy buen dato”, ha aseverado.
En una entrevista en Castilla-La Mancha Media (CMM), Gutiérrez ha subrayado también que las reformas laborales del Gobierno de España han conseguido que haya mejores salarios y mejores derechos y que todo eso “abunda en mayor crecimiento económico”.
Un crecimiento y una creación de empleo por encima de la media nacional, que distintos estudios independientes avalan también para este año, y como ha indicado eso se consigue “con estabilidad, con moderación y con una política económica sensata, con una fiscalidad adecuada y pactada, con estímulos económicos y con planes de empleo sociales”.
“Tenemos un buen gobierno en Castilla-La Mancha, un buen presidente que ejerce la autonomía como se tiene que ejercer y que cuando otros duplicaron el paro y la deuda, lo que aquí estamos duplicando es el crecimiento económico, duplicando el empleo y bajando el paro del 30 % al 12 %”, ha incidido.
El dirigente socialista ha afirmado con rotundidad que, “si hay un referente hoy del PSOE que está haciendo exactamente lo contrario de lo que están haciendo las comunidades autónomas donde gobiernan el PP y Vox, es Emiliano García Page”.
Así, ha sostenido que, desde que gobierna Page, hay 19.000 becas comedor más públicas en Castilla-La Mancha y “llevamos 100 millones de euros para el plan de infraestructuras educativas” frente a Extremadura, donde se han quitado 2.100 plazas de comedores y se ha eliminado el plan de inversiones educativas.
“Y mientras que Andalucía ha recortado 50 millones de euros la sanidad pública en este último año, nosotros, en Castilla-La Mancha, dedicamos 1.500 millones de euros más que cuando estaba Cospedal, contratando a 15.000 profesionales sanitarios más que en aquella época”, ha expuesto.
Con ello, ha sostenido que “si repasamos comunidad autónoma a comunidad autónoma lo que está haciendo el PP cuando ejerce las competencias y lo que hace Castilla-La Mancha, somos el faro de progreso, el centro de la política progresista del país, por convicción y por contraposición a lo que hacen otros”, y se ha enorgullecido de que la región “sea la única de Europa que tenga una ley que garantiza los mismos derechos en el medio rural que en el medio urbano”.
Gutiérrez también ha reivindicado que el Gobierno de Castilla-La Mancha continúe reclamando una financiación autonómica justa y los 300 millones de euros de infrafinanciación “para mejorar aún más nuestras carreteras, nuestra sanidad, nuestra educación y eso es estar defendiendo a Castilla La Mancha”, y es por ello por lo que la región coincide “de forma coyuntural” con otras de distinto signo político, como pueden ser Andalucía, Extremadura o Murcia, aunque luego “les separan el 99 % de las cosas”.
“Lo que no entiende el PP” de Núñez, “y por eso lo mezcla, es que no compartimos el mismo modelo de financiación que ellos, todo lo contrario”, ha advertido, pues “nosotros lo que decimos es que la financiación, el reparto del Estado se tiene que hacer en función de lo que cuesta mantener los servicios públicos, especialmente en medios rurales”, porque “es más caro dar servicios de sanidad o de educación para dos millones de habitantes en 919 municipios que en grandes poblaciones”.
Ante la asistencia confirmada de Paco Núñez y el PP de Castilla-La Mancha a la manifestación que tendrá lugar en Madrid este domingo, Gutiérrez ha trasladado que hay que estar siempre dentro de los cauces democráticos porque “tienen todo el derecho a hacerlas”, pero “pacíficamente, sin señalar y sin increpar a líderes políticos” y sin ir luego a las sedes del partido político “a amedrentar a los trabajadores, a romperlas, a echarles huevos, a hacer pintadas, a romperle los cristales”.
La democracia permite las manifestaciones, pero “estar constantemente llamando a la insurrección, es tremendamente peligroso para la convivencia”, ha concluido.