El dolor es algo que todas las personas han padecido en algún momento. Se denomina crónico cuando su duración sobrepasa los tres meses de forma continuada ocasionando al paciente efectos tanto a nivel físico como psicológico, desde movilidad reducida a ansiedad, alteraciones del sueño, falta de apetito o depresión.
El Hospital de Día Quirónsalud Talavera dispone de una Unidad del Dolor, la única especializada de la sanidad privada en la comarca, dotada con especialistas y el equipamiento necesario para el tratamiento y seguimiento de pacientes con problemas de dolor agudo, postoperatorio y crónico.
Una unidad que trabaja de forma coordinada con otros especialistas, tanto médicos como de Enfermería o Rehabilitación, para ofrecer la atención que estos pacientes necesitan con el único objetivo de mejorar su funcionalidad y aumentar su calidad de vida.
“Simplemente el hecho de contar con un diagnóstico y un seguimiento adecuado por parte de un especialista, sentirse escuchado, saber que su caso no es único, conocer las posibles opciones de tratamiento, ya es un paso muy importante para el paciente de cara a mejorar su calidad de vida”, explica la doctora Marta Donoso Domínguez, especialista de la Unidad del Dolor del Hospital de Día Quirónsalud Talavera.
Entre las patologías más prevalentes que provocan dolor crónico figuran el dolor lumbar, el dolor neuropático, es decir, el que está ocasionado por una lesión o enfermedad del sistema nervioso, el dolor musculoesquelético y la artrosis en población mayor. También se da un porcentaje de dolor crónico en la población infanto-juvenil, así como entre pacientes oncológicos.
“El tratamiento por parte de una unidad especializada no sólo consigue una mayor eficacia, ya que se realiza de forma personalizada teniendo en cuenta las características físicas y necesidades psicosociales de cada paciente, sino que, además, logra una mayor y mejor adherencia al tratamiento, por lo que se aprecian mejor los resultados a medio y largo plazo”, destaca la especialista.
Las opciones de tratamiento van desde la administración de analgésicos tradicionales, como antiinflamatorios, a fármacos secundarios como anestésicos locales y tratamientos más invasivos, que se llevan a cabo en el Bloque Quirúrgico.
Entre estos últimos figuran las infiltraciones guiadas con ecografía y rayos X, bloqueos diagnósticos y terapéuticos, bloqueo epidural con control de imagen, anestesia local intravenosa o radiofrecuencia pulsada.
“Cada uno de estos tratamientos está indicado para un tipo de dolor y patología concreta”, subraya la doctora Donoso.
“El plan de tratamiento siempre se desarrolla de forma conjunta con el paciente, con unos objetivos precisos, tratando de ajustar sus expectativas, ya que cada persona responde al tratamiento de una forma, incluso presentando la misma patología, por lo que el seguimiento especializado resulta fundamental para ir adaptándolo a cada necesidad y que logre los efectos deseados”, resume la especialista.