La ermita de San Luis ha sido el punto de partida de la marcha que ha recorrido las calles Yepes (Toledo) hasta la plaza mayor al ritmo del sonido de las campanillas, cánticos, charanga y repique de campanas para simbolizar el grito de todo un pueblo por salvar la Colegiata de San Benito Abad del siglo XVI, en peligro de derrumbe por el mal estado de su techumbre debido a la Filomena.
Ataviados con pañuelas blancos, miles de personas han recorrido las calles de este municipio de 5.268 habitantes para apoyar la rehabilitación de la colegiata y reclamar más ayudas de entidades públicas y privadas, así como de particulares.
Al final de la marcha, vecinos de distintas edades han reivindicado el templo como un icono del pasado, presente y futuro, y pidiendo ayuda solidaria de administraciones públicas, instituciones privadas, empresas y particulares.
Tras el comunicado, se ha celebrado una misa multitudinaria en el interior de la colegiata en la que el párroco Emilio Palomo ha destacado la marcha "como un momento histórico que ha unido a todo un pueblo por una causa común y solidaria, sin diferencias ni colores políticos en una jornada festiva".
Con este acto se ha querido poner en valor este bien cultural, histórico, religioso y patrimonial que ha unido a todo un pueblo. Desde que se conoció que el templo amenazaba derrumbe, particulares, empresas, asociaciones, instituciones y la Iglesia se han volcado en aportar ayudas económicas que, sin embargo, no alcanzan a cubrir el más de un millón de euros que cuesta la rehabilitación del tejado de la colegiata.
La borrasca Filomena de 2021 provocó daños estructurales muy graves que amenazan con derrumbar el techo del edificio. Desde entonces, el pueblo y la parroquia tratan de recaudar dinero con iniciativas solidarias para realizar las obras.
Hasta ahora ha recaudado unos 211.000 euros en donativos y otras iniciativas solidarias, con el Arzobispado aportando unos 285.000 euros. Una de las iniciativas más destacadas es 'Apadrina una teja', en la que cualquier persona puede aportar el valor de una de las tejas de la colegiata y así ayudar a la recaudación.
Con la marcha, los organizadores también han agradecido a los ciudadanos y entidades públicas y privadas su esfuerzo y, al mismo tiempo, solicitar nuevas ayudas para garantizar la continuidad de los trabajos. Durante el acto, se han recogido donativos a través de las familias de los niños y adolescentes de las catequesis con carnets solidarios.
"El pueblo se está volcando en esta iniciativa. Pedimos lo mismo a las Administraciones públicas, a todos los niveles. La Colegiata es un Bien de Interés Cultural y los poderes públicos no pueden mirar para otro lado porque están obligados a protegerlo. Por eso, reclamamos su ayuda urgente para proteger el legado de nuestros abuelos y que lo puedan disfrutar nuestros hijos", demanda el portavoz de la plataforma 'Salvemos la Colegiata' Pablo Pascual-Muerte, uno de los impulsores de esta iniciativa.
La marcha simbólica ha tenido por objetivo dar visibilidad a esta necesidad de garantizar la continuidad de los trabajos de rehabilitación, que comenzaron hace un año. Para ello, el pueblo de Yepes necesita ayudas económicas para reparar toda la cubierta del templo que, según las últimas inspecciones técnicas, está en muy mal estado.
Muchas tejas están partidas, hay numerosas filtraciones de agua y algunos de sus elementos están desplazados o dañados y dejan pasar la luz, amenazando la estabilidad de su estructura.
"Es necesario avanzar en su rehabilitación de forma urgente porque si no la amenaza de derrumbe puede hacerse realidad. Pedimos la solidaridad de todos para salvar esta joya de nuestro patrimonio; no podemos hacerlo solos, por eso hemos lanzado esta iniciativa para hacer partícipe a todo el mundo", señala Pascual-Muerte.
La cubierta de la colegiata tiene una superficie de casi 1.700 metros cuadrados y su reparación costará más de un millón de euros. Por su complejidad y alto coste, la reparación debe realizarse por fases que no concluirán hasta octubre de 2029.
La colegiata data del siglo XVI. Fue construida por el arquitecto Alonso de Covarrubias y está declarada como Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento, desde 1992.
Tiene planta de salón con tres naves abovedadas, tres capillas absidiales y doce capillas laterales. El templo está coronado por una torre de más de 60 metros, faro y punto de referencia en la Mesa de Ocaña.
En su exterior destaca la monumentalidad de sus puertas, bajo grandes arcos de medio punto de tradición romana, con relieves barrocos alusivos a la Asunción en la puerta principal, y la estatua de San Benito Abad, patrono de la localidad, en la meridional.
En su interior se conservan numerosas obras pictóricas de Luis Tristán, alumno aventajado de El Greco, que integran el retablo mayor del templo.
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