es una ciudad llena de misterio y leyendas, pero, ¿te imaginas encontrarte en un restaurante y ver figuras y siluetas que aparecen y se esfuman sin aparente explicación? En la noche de ayer, varias trabajadoras del popular restaurante ‘La Abadía’ de la capital regional contaron en el programa Cuarto Milenio de Cuatro cómo han vivido en primera persona estas espeluznantes vivencias.
“Testigos que acuden al programa y que han llegado a llorar de la impresión del miedo”, ha explicado Iker Jiménez. Desde Cuarto Milenio han realizado una investigación en este lugar, situado en el antiguo Palacio de Joshua —un edificio ubicado en el centro de Toledo—, donde ocurren sucesos extraños y poniéndolo en aislamiento.
Clara Tahoces, en compañía de Luis Uriarte y Aldo Linares, han investigado el lugar, ubicado en el Palacio de Joshua de Toledo, y han mostrado algunos de los enigmas captados a lo largo de dicho aislamiento. Justo antes del comienzo de este, una de las cámaras de Luis Uriarte captó una anomalía sin aparente explicación —para ver el fragmento del programa completo pincha aquí—.
Durante el recorrido por el local, Aldo Linares percibió enterramientos y habló de una energía de género masculino. Además, el equipo de Cuarto Milenio percibió un súbito y desagradable olor, un fenómeno conocido como clariesencia u osmogénesis.
“Una noche, yo estaba bajando los cubiertos, de lo que pasé del comedor de arriba al de abajo con la cesta de cubiertos me percato de que hay alguien a un lado en el ordenador, regreso automáticamente y ya no había nadie. Bajo los cubiertos, vuelvo a subir y en la mesa del comedor de arriba había una persona sentada, yo no le vi la cara pero sí una sombra blanca. Me quedé muerta de miedo porque yo juraba que había alguien, pensé que estaba con más compañeros”, relata Karen Membreño, una de las trabajadoras. Además, también cuenta que “otra noche, junto a un compañero estábamos colocando mesas y cubiertos , me acuerdo que estábamos en la 26 y 25 y de repente al voltearnos vimos un cubierto insertado en el mueble, me da miedo bajar sola”.
Beatriz Morales, otra de las trabajadoras, narra que “cuando cierro la puerta del local, cuando voy a cerrar con la llave, agarro el pestillo y noté como una persona tiraba tres veces una fuerza hacia dentro, y no tuvo nada que ver con condiciones climatológicas, que hiciera aire o cualquier otra cosa”.
“Hace unos cuatro meses aproximadamente a mi me tocaba hacer el cierre y el compañero que estaba conmigo en ese turno se tenía que ir, yo me quedé recogiendo y limpiando, cuando yo voy a uno de los comedores veo a una pareja en una mesa sentados, yo pasé a dejar platos a la cocina y fui a hablar con mi encargada que me preguntó qué me quedaba por hacer, a lo que yo le contesté que sólo quedaba una pareja y ella me dijo que me acercase para ver si necesitaban algo más ya que estábamos haciendo el cierre, cuando bajo la pareja ya no estaba y salí corriendo muy asustada porque incluso la mesa ya estaba montada, lo que era imposible porque había gente”, narra también otra trabajadora, Karla Nuñez, quien explica que en ese momento estaba muy nerviosa.
El palacio de Joshua se encuentra en una de las calles más conocidas del centro de Toledo, concretamente en un edificio que perteneció a diversas familias poderosas y conocidas de la ciudad. Ahora, siglos después, son varios los trabajadores del restaurante ‘La Abadía’ —antiguo palacio— que aseguran ver y oír cosas extrañas.
Este palacio en concreto pertenece al siglo XV, pero durante casi 200 años hubo distintos incendios en la zona que provocaron que los edificios tuvieran que restaurarse en numerosas ocasiones.
Cerca de este lugar ocurrió un suceso escabroso que acabó con la tortura de una dama de la época entre estas paredes por parte de la Inquisición. Con el tiempo, las investigaciones descubrieron que la dama vivía en este palacio y que tenía un hijo llamado Joshua, un niño que desapareció esperando en vano que su madre regresase de su detención.