No pinta bien el asunto, no. Ayer arrancó la XV Legislatura en el Congreso de los Diputados, donde tuvo lugar una sesión constitutiva en la que se iban a disputar nueve puestos de la Mesa de la Cámara, entre los cuales estaba la Presidencia. Las candidatas eran Cuca Gamarra, del PP, y Francina Armengol, del PSOE. La segunda salió como vencedora.
Conviene hacer un pequeño repaso de ciertos acontecimientos cometidos por la nueva Presidenta del Congreso de los Diputados, para que no quede en el olvido: la famosa noche de copas en la época del coronavirus, saltándose las restricciones impuestas por su Ejecutivo, así como de su permanencia más allá de la hora establecida en ese momento.
Otro hecho fue el referente a las menores tuteladas 'prostituidas' en Baleares que, pese a que ya conocían los abusos que se estaban cometiendo, el Gobierno de Armengol hizo la vista gorda, a pesar de que ciertos educadores de centros de menores se lo hicieron saber a través de testimonios. Esto ocurrió a finales del año 2019. Este suceso tuvo repercursión en Europa.
Armengol es una candidata que gusta al independentismo, ya que ha estado gobernando, a lo largo de dos legislaturas con el apoyo de Més y Podemos. Es una persona 'bien vista' por el sector catalanista. Por lo tanto, cuando Sánchez tenga que llegar a acuerdos con el nacionalismo, no habrá demasiados impedimentos.
La votación que tuvo lugar ayer no es definitiva, pero deja entrever lo que puede acontecer en la próxima ronda. La izquierda está unida, eso está claro, con su típico bloque durante la pasada legislatura: la izquierda caviar y el separatismo vasco y catalán. Los socios habituales de nuestro presidente, los que desprecian la Constitución Española, los que quieren romper la unidad entre todos los españoles, entre otras cosas. Importantes pilares que sustentan España.
De momento, este ha sido un primer paso, pero ahora queda todo lo demás. Me refiero a las concesiones que puede adjudicar Sánchez, salvo que vuelva a cambiar de opinión, a los partidos que le apoyan con el objetivo de destruir la nación.
Por otra parte, la derecha tiene que hacer autocrítica, identificar los errores que ha cometido, cambiar de estrategia (si es necesario) y presentar una alternativa a este Gobierno y recuperar, poco a poco, una estabilidad institucional que, actualmente, parece inexistente. Van a tener bastante tiempo para empezar una nueva oposición a Pedro Sánchez.
Y respecto al PP, le guste más o menos, va a necesitar a VOX, para formar, quien sabe, un futuro Gobierno. Por cierto, VOX, le pinten como le pinten, es un partido democrático, constitucional y es la tercera fuerza política española. Por ello, tiene todo el derecho del mundo a entrar en un Gobierno de España, pero el futuro dirá.
¡No cantes victoria antes de que te pegues un posible porrazo! Nunca sabes lo que puede pasar hasta el último momento. La vida está llena de sorpresas... Muchos pensaban que la izquierda iba a sufir una enorme caída en las pasadas elecciones del 23 de julio, pero salió más reforzada de lo esperado en un primer momento.
El pescado está prácticamente vendido, por lo que PP y VOX deben ponerse manos a la obra y pelear por recuperar el país. Todo apunta a que el 'Gobierno Frankenstein' va a iniciar su segundo capítulo en esta nueva legislatura.
Una minoría de independentistas no pueden decidir el futuro de todos los españoles. El constitucionalismo tendrá que trabajar enormemente para evitar que la ruina permanezca.