En España, cuatro de cada diez hogares tienen un animal de compañía y uno de cada tres mayores tiene a su lado una mascota a la que dar cariño. Siete de cada diez de ellos opina que desde que comparte la vida con un animal sus niveles de estrés han disminuido. Y ocho de cada diez mayores que poseen un perro afirman sentirse más activos físicamente, según datos que maneja nutritienda, la tienda online líder en productos de salud, belleza y mascotas en España.
Las mascotas proporcionan alegría y cariño, y presentan múltiples beneficios tanto físicos como mentales para sus dueños, y, en especial, si estos son personas mayores. Tener a un compañero de vida no solo mejora la salud, sino que también ayuda a combatir los sentimientos de tristeza y la soledad. Los expertos de Nutritienda nos comentan algunas de las ventajas de convivir con una mascota a partir de cierta edad.
Los animales de compañía, especialmente si son perros, contribuyen a que el anciano se sienta activo, ya que tendrá que sacarlo a la calle varias veces al día. Hay que tener en cuenta que ciertas razas son más activas, mientras que otras son más tranquilas. Lo mejor es escoger un animal cuya energía y demanda de actividad esté acorde con la de la persona que lo va a cuidar.
Una mascota se encuentra presente en el domicilio a lo largo del día, lo que disminuye la sensación de soledad, ya que el mayor se siente acompañado en todo momento.
Existen perros entrenados para ayudar a los mayores con problemas de movilidad. Pueden encender la luz, abrir puertas o recoger cosas que se hayan caído al suelo, entre otras acciones. También hay canes que pueden avisar de que suena el teléfono, el timbre de la puerta o una alarma. E incluso hay perros entrenados para ayudar a sus dueños en situaciones comprometidas, como una caída, una bajada de tensión o un ataque epiléptico.
Está comprobado que tener una mascota reduce la sensación de tristeza de los mayores y disminuye los síntomas de depresión. Los animales suelen ser muy divertidos y crean situaciones graciosas que hacen sonreír a sus dueños, con quienes establecen fuertes lazos afectivos.
Acariciar a un perro, observar cómo nadan los peces, oír ronronear a un gato o escuchar cantar a los pájaros contribuye a generar serotonina y, por tanto, disminuyen los niveles de ansiedad y el estrés.
Cuidar de un animal y responsabilizarse de él hará que el anciano se sienta útil y de nuevo necesario, lo que le ayudará a aumentar su autoestima.
Tener una mascota ayuda a ejercitar la memoria. El anciano tendrá que recordar cosas como si ha echado de comer a su animal o cuándo toca su visita veterinaria.
Los perros ayudan a socializar, ya que en los paseos suelen establecer contacto con otros canes, lo que posibilita que los dueños comiencen una conversación. Por tanto, una mascota proporciona compañía tanto dentro como fuera del hogar.
En general, los animales de compañía reducen el insomnio y las pulsaciones, y aumentan el apetito. Hay estudios que los relacionan con una mejora de la presión arterial, y la disminución de enfermedades cardiovasculares y el dolor articular y muscular. En cualquier caso, siempre mejoran el humor de sus dueños, lo que se traduce en una mejor calidad de vida.
A la hora de seleccionar una mascota, los mayores deben tener en cuenta cuál es su condición física y cuáles son sus hábitos para escoger un animal que pueda adaptarse mejor a su estilo de vida.
Perros: El perro es un animal que proporciona mucha compañía. Con un carácter fiel y alegre, hará que el anciano establezca fuerte lazos emocionales con él, responsabilizándose de su cuidado. Conviene, sin embargo, tener en cuenta los cuidados que necesitará en función de su raza y tamaño, para valorar si es el animal que más conviene.
Gatos: Los gatos son animales más independientes de los perros, pueden pasar más tiempo solos y no necesitan de paseos diarios. Además, pueden llegar a ser muy cariñosos y tienen la ventaja de que no requieren de muchos cuidados, salo la alimentación, un espacio enriquecido con los juguetes que más le gusten, tener su cartilla veterinaria al día y contar con un arenero limpio. Y, por supuesto, el amor que les demos.
Pájaros: Los pájaros no necesitan de una gran atención, salvo el mantenimiento de la jaula limpia, el agua y la alimentación. Alegran mucho a los mayores, especialmente si cantan. El canario, el periquito o el agaporni son algunas de las aves que mejor se adaptan a vivir en el ambiente de un hogar.
Peces: Los peces son los animales más demandados por los mayores que buscan animales que no requieran de grandes cuidados, si bien hay que tener en cuenta que el acuario requiere estar pendiente de aspectos como la limpieza, la temperatura y un buen funcionamiento del filtro del agua. Observar a los peces puede ser una actividad muy relajante.
¿Comprar o adoptar? Comprar un perro o un gato permite elegir su raza, pero adoptar, es una labor social que hace sentir muy bien a su propietario y que ayuda a salvar la vida de un animal. Las personas del refugio pueden informar acerca del carácter del animal para determinar si es lo que realmente necesita el anciano. Acoger a un animal de cierta edad tiene, además, la ventaja de saltarse la fase de cachorro, que es cuando más energía tiene la mascota y más esfuerzo hay que hacer a la hora de poner límites.
Elegir bien la raza y el tamaño. En los perros, lo mejor es escoger una raza no demasiado activa y demandante. Un tamaño pequeño o mediano, especialmente si el animal tiene mucha energía, evitará posibles caídas en los paseos. Algunas de las razas preferidas por los ancianos son el Yorkshire, el Bichón maltés o el Chihuahua, aunque también hay otras razas de mayor tamaño que se pueden tener en la vivienda, siempre que el animal sea tranquilo ya que compartirán esa calma en la convivencia, además de mucha gratitud ya que estos perros suelen tenerlo más difícil para encontrar una familia. Cualquier perro mestizo que tenga un tamaño similar y un nivel de actividad acorde a su cuidador, también es una excelente opción.
Tener en cuenta sus necesidades. Acoger a una mascota en el hogar supone un compromiso y una responsabilidad. No solo habrá que cuidar al animal, sino también proporcionarle aquello que necesita. Hay que tener en cuenta, además, que supone un gasto en alimentación, en enriquecer su espacio y en veterinario, lo que hay que valorar para ver si económicamente es algo que se puede afrontar.
Marcar límites. Es necesario que la persona mayor entienda que debe marcar límites a su mascota, especialmente si es un cachorro. Solo así podrá tener una buena convivencia con su animal.