Esta tarde de martes ha tenido lugar la tercera corrida de toros de la Feria de San Sebastián en la Plaza de Toros de Illumbe. El Juli ha recibido tras romperse el paseíllo la ‘Concha de Oro 2019’, que no pudo recoger en su día por la pandemia.
Guillermo Hermoso de Mendoza inició el festejo. El primer toro, con el hierro de Carmen Lorenzo, muy en tipo del encaste Murube, salió con muchos pies de salida, pero, a partir de banderillas, se vino abajo y prácticamente no se ha movido del tercio. Lidia eficaz, pero poco vistosa de Guillermo Hermoso de Mendoza por la condición del astado. Falló con el rejón de muerte, necesitando varios golpes de verduguillo. Silencio.
El segundo fue un toro de Jandilla bien presentado, que resultó encastado, aunque justo de fuerzas. Con esa condición, El Juli plasmó una faena medida en alturas y distancia, llevando siempre muy templada la embestida, aunque sin exigirle, ni apretarle mucho. Paseó una oreja.
En el tercero Tomás Rufo cuaja a un bravo toro de Jandilla que se creció en la muleta. Cadencioso saludo por delantales que la plaza recibe en pie. Emotiva faena con mucho mando y mano baja ante la emoción del tendido. Gran final de faena y estocada con muerte de bravo. Oreja con fortísima petición de la segunda y bronca al palco.
Guillermo Hermoso de Mendoza destacó frente al cuarto en varios galopes a dos pistas y en varias ‘Hermosinas’, así como varios quiebros en la cara. Sin embargo, el jinete navarro falló en tres ocasiones con el rejón de muerte, perdiendo así la posibilidad de cortar algún trofeo. Silencio.
El quinto fue el toro de la despedida de El Juli de San Sebastián. Quitó por zapopinas para terminar la historia por donde la comenzó, y el coso guipuzcoano se puso en pie para rendir pleitesía a un eminente Julián. Brindó al público y con el graderío levantado empezó una faena en los medios pasándoselo por la espalda con los pies juntos. El madrileño estuvo sublime y recordó a ese Juli de cuando empezaba con detalles de toreo caro. Lo mejor fueron unos soberbios naturales con el compás abierto para hacer el deleite de los guipuzcoanos. Posteriormente con la mano derecha se dobló para endosar buenos y largos derechazos hasta detrás de la cintura. Dejó una estocada en el sitio aunque algo tendida aunque con eficacia. Dos orejas.
GUILLERMO HERMOSO DE MENDOZA, silencio y silencio.
JULIÁN LÓPEZ ‘EL JULI’, oreja y dos orejas.
TOMÁS RUFO, oreja con fuerte petición de la segunda.