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La ruta de los castillos más impresionantes de la provincia de Toledo

REPORTAJE

Te proponemos un plan rural y cultural ideal para este verano

Redacción La Voz del Tajo | Viernes 04 de agosto de 2023

En la provincia de Toledo, al igual que en toda Castilla-La Mancha, existen muchos castillos, torres o fortificaciones que forman parte de nuestro rico patrimonio cultural e histórico.

Todos y cada uno de ellos nos trasladan a épocas muy lejanas y en numerosas ocasiones nos transmiten la esencia de nuestros orígenes. Muchas veces pasan desapercibidos, así que os vamos a mostrar los castillos más imponentes que puedes visitar en la provincia de Toledo.

Viajar es conocer rincones, por dentro y por fuera, sus costumbres y su gente, su gastronomía y su naturaleza. Pero viajar es, ante todo, empaparse de la cultura e historia de otros lugares, algunos muy cerca de nosotros.

En La Voz del Tajo siempre apostamos por apoyar nuestro patrimonio cultural. Por eso te proponemos un plan rural y cultural ideal para este verano que no puedes dejar de lado: puedes hacer un viaje en el tiempo recorriendo los majestuosos castillos, fortalezas, torreones y murallas.

Castilla-La Mancha ha soportado el peso de la historia y también la tormenta del olvido. Si quieres profundizar en la riqueza cultural, gastronómica y patrimonial, accede al portal de Turismo de Castilla-La Mancha.


CASTILLO DE ALMONACID


Desde cualquier punto que nos acerquemos a Almonacid de Toledo y desde decenas de kilómetros de distancia, alzada en un promontorio, como si aún defendiera el camino de La Mancha, se divisa la figura del castillo. Es un buen ejemplo de castillo del siglo XIV, destinado a residencia permanente de tropas y a constituir una población militar de vigilancia y defensa. Es de acceso libre, a pie o mediante vehículo por una pista de tierra.

Rodeado completamente por un foso, estrecho y hoy ya poco profundo, pero apreciable en todo su perímetro. Consta la fortaleza de una muralla exterior, un recinto interior, y un torreón central. Está construido todo él con mampostería de sillarejo y adobe, ofreciendo sillar bien labrado en algunas esquinas de la muralla y de la torre central, de donde prácticamente en su totalidad han sido extraídas las piedras con destino a usos diversos en el pueblo. En el interior encontramos un gran patio de armas, con restos de aljibes –depósitos de agua-, restos de un silo para almacenar grano, y algunas habitaciones. También la torre del homenaje, con tres pisos. El interior de los muros del recinto interno es de adobe grueso y, las bóvedas de las torres, de ladrillo.

La primera referencia documental a éste castillo es de origen musulmán y data del año 848. En el siglo XI pasó a manos del rey Alfonso VI como parte de la dote de su esposa Zaida, hija del rey moro. Posteriormente Alfonso VI lo donó a la Catedral de Toledo, siendo reformado en el siglo XIV por el Arzobispo Don Pedro Tenorio. En tiempos de Juan I de Castilla, sirvió de prisión, durante 8 años, al infante D. Alfonso. Modernamente vivió un hecho de armas en 1809, durante la Guerra de la Independencia. En sus cercanías se produjo una gran batalla entre las tropas del general español Venegas y las francesas de Sebastián, Desoyen y el propio José Bonaparte. Los galos tomaron el castillo, destruyéndolo en parte a su retirada.

Un informe del arquitecto Don Pedro Gumiel, del siglo XVI, nos habla de que el castillo cuenta, en la época en que organiza su reparación, con varios depósitos de agua, panadería, graneros y hasta un gran salón con chimenea de setenta metros cuadrados.


CASTILLO DE BARCIENCE


Sólo su enorme león rampante, grabado en piedra sobre la torre del homenaje, ya merece la visita. Es el emblema heráldico de los Silva, condes de Cifuentes. Fue construido por esta familia en el siglo XV.

Podemos recorrer su gran patio, y la planta casi cuadrada que presenta, indicando por su tamaño y la época en que fue erigido, que sirvió de residencia más que de fortín defensivo. Dos interesantes cubos son indicios de la barrera y el foso que protegían la puerta de entrada al recinto, y del que no quedan restos. Tres torres, dos de planta circular, otra cuadrada, y la del homenaje, componen el resto del recinto.

Juan de Silva, primer conde de Cifuentes, inició la construcción de la fortaleza en el s.XIV, que concluiría su nieto, de su mismo nombre. Fue dotada de artillería y guarnición en el siglo XVI. Juan de Silva, quien promovió su construcción, recibió del rey, junto con el título de conde de Cifuentes, el de Señor de Barcience.

De propiedad privada, el acceso es libre. Entrando al pueblo de Barcience, y rebasando su cementerio, seguiremos una pista de tierra que cruza un pinar para llegar al castillo.


CASTILLO DE CASARRUBIOS DEL MONTE


Inconfundible. Único castillo a base de ladrillo y mortero de cal de la provincia de Toledo. Quedando la piedra para las troneras, saeteras y ménsulas donde descansa el gran arco de la entrada. Así puede definirse este castillo, por su estilo gótico, y por el ladrillo con el que se han revestido sus muros de sillarejo. Monumental es su puerta de entrada, con arco gótico apuntado, sobre la que se encuentran labrados los escudos de D. Gonzalo Chacón y Fajardo, segundo señor de Casarrubios, juntamente con el de su abuela, doña Clara Alvarnaez, mujer de don Gonzalo Chacón, y de su mujer, doña Francisca Téllez-Girón Pacheco, hija de los señores de la Puebla de Montalbán.

De planta cuadrangular con torres octogonales en las esquinas, la fortaleza fue construida en la Herrería o las Eras Bajas, a extramuros de la muralla, hoy desaparecida, que defendía la villa. Interesantes son sus torres octogonales, un avance arquitectónico del s. XV, en que fue construido. Simétricamente, la torre del homenaje también dispone de tres torres octogonales, más pequeñas, en sus tres ángulos.

Mandado construir por don Juan Chacón, hijo de don Gonzalo Chacón, y Adelantado de Murcia, para engalanamiento del señorío que heredaría su segundo hijo. Siempre perteneció a los señores y condes de Casarrubios, títulos y propiedades que pasaron al ducado de Alba, quienes en un intento de deshacerse de sus pequeñas propiedades, vendieron castillo y palacio condal a un vecino del municipio en 1899. Se puede considerar un castillo señorial de estructura militar.

En esta localidad existe otro castillo de época anterior al citado, comenzado a construir a mediados del s. XIV. No sabemos si por don Alfonso Fernández Coronel o su sucesor, don Diego Gómez de Toledo, y que, finalmente, fue agrandado y rematado por don Gonzalo Chacón en 1468, quien también reformaría el palacio construido por los Ayala, y en cuya portada lucen las armas de los Reyes Católicos, acompañadas a los extremos por los escudos del matrimonio constructor, doña Clara Alvarnaez y de don Gonzalo Chacón. –Sólo puede visitarse su exterior–.


CASTILLO DE CONSUEGRA


Este castillo puede verse por dentro y por fuera tal y como fue en origen. Perfectamente restaurado, permite recorrer sus murallas y el patio de armas así como acceder a su interior, con mobiliario y armas, en el que se recrea el ambiente de la época.

Al castillo le antecede un espacio vacío, denominado centinela, desde el que se accede a la fortaleza. Su puerta de acceso se enmarca en dos estructuras cúbicas y, sobre ellas, aparece el escudo del Prior de la Orden Militar de Jerusalén. Los caballeros de esta orden fueron los responsables de estas originales disposiciones destinadas a mejorar su defensa. En su interior podemos contemplar un aljibe cubierto por bóveda de cañón, así como la mazmorra y la sala de archivos de la orden. La torre albarrana, el elemento árabe de la fortaleza, es de forma circular y cuatro pisos de altura. Además, visitaremos la sala capitular, ermita, las terrazas y el jardín.

Debió ser una torre de vigilancia en origen, erigida durante el Califato de Córdoba. Alfonso VIII lo conquistaría en el siglo XII, cediéndolo a la Orden Militar de Jerusalén, quien le daría su forma actual. En el s. XIX fue ocupado por las tropas napoleónicas, que destruyeron los archivos de la orden. Posteriormente, cayó en estado de ruina progresiva hasta que en la década de 1960 comenzó su restauración la escuela-taller de Consuegra, que sigue realizando trabajos en el mismo.

Cuando el rey Alfonso VI casó con su última mujer, la princesa musulmana Zaida, recibió este castillo como parte de su dote. Pero no mucho después, lo perdería en una batalla librada contra los almorávides, tardando otros cien años en volver a manos cristianas.


CASTILLO DE DOS HERMANAS


Castillo templario elevado sobre una de las dos rocas que dan nombre al antiguo pueblo crecidos a su amparo, el de las peñas hermanas. En sus ruinas divisaremos una magnífica panorámica de los Montes de Toledo, y su mar de olivos.

Su planta irregular se adapta al risco en que se asienta. Su único acceso, a través de su puerta de arco apuntado, nos permite contemplar una reducida plaza de armas, protegida por una barrera o antemuro. Conserva tres fachadas, y los huecos donde se insertaban las maderas que sostenían el adarve.

Se considera su origen como baluarte árabe, cedido por el rey Alfonso VIII al caballero Alfonso Téllez, que a su vez lo vendió al arzobispo de Toledo Rodrigo Ximénez de Rada, y éste a la ciudad. Alejado el peligro de la frontera, y como era habitual en las poblaciones erigidas en altos en torno a fortalezas, sus habitantes se trasladaron a las tierras bajas de Navahermosa.

Dice la leyenda que la noche de San Juan puede verse a las dos hermanas moras encantadas, que habitan el castillo, y que bajan entonces a lavarse al arroyo Merlín.

De acceso libre, puede llegarse casi hasta el mismo en coche, por una pista, y después un pequeño paseo.


CASTILLO DE ESCALONA


Se trata de un castillo gótico con palacio interior mudéjar, famoso en la época por su suntuosidad, y construido por el condestable Álvaro de Luna. Una excelente oportunidad para conocer una fortaleza de uso militar y residencial, con mucha historia.

El Castillo de Escalona fue inicialmente una fortaleza romana que fue ocupada en época musulmana y posteriormente tomada por Alfonso VI de Castilla; fue decisivo como defensa contra los ataques de almorávides y almohades en 1.131, 1.137 y 1.196. Se compone de la fortaleza propiamente dicha y de un extenso palacio mudéjar. Está ubicado estratégicamente sobre una meseta que bordea el río Alberche entre Ávila y Toledo.
Su zona interior está dividida en dos partes claramente diferenciadas, la Plaza de Armas que está rodeada por la fortaleza y el Palacio de forma cuadrada que está más al sur. Las dos partes están separadas por el Patio del Honor.
La robusta torre del homenaje del palacio es la estructura que más destaca de todo el conjunto. Su planta es cuadrada, tiene 22 mts. de altura, y está cerrada por un rastrillo y buharda. Estaba formada por diversos pisos y un sistema de accesos muy complicado que hacían muy difícil la entrada al recinto. En sus muros apenas aparecen vanos y está rematada por almenas defensivas.

Políticamente, Álvaro de Luna consiguió otorgar mayor fuerza a la corona frente a la nobleza, que, aliada contra él, consiguió su caída en desgracia, y posterior ejecución. Su viuda, Juana Pimentel, se encontraba el castillo cuando le fue comunicada la muerte de su marido. Rindió entonces el castillo a las tropas reales, pero firmó, hasta su muerte, como "la triste condesa", como lamento por la injusticia de que su esposo había sido objeto. –Sólo puede visitarse el exterior. Acceso libre. –


CASTILLO DE GUADALERZAS


Su estructura es muy interesante, porque tiene una inmensa torre del homenaje como cuerpo central, proyectada como hospital para los caballeros de Santiago y el Temple, cuando se encontraban heridos o enfermos. Una nueva visión de construcciones que siempre consideramos defensivas.

La muralla es de planta cuadrada, con torres en las esquinas, de reducido tamaño en relación con la Torre del Homenaje. El escudo sobre la entrada pertenece al Cardenal Silíceo, y es del siglo XVI. Los grandes ventanales de la torre son de esa época, cuando se estableció aquí el Colegio de Doncellas Nobles de Toledo. En el exterior podemos observar aún restos de corrales y dependencias auxiliares, así como los restos de una capilla construida en el siglo XVIII.

La primera fortaleza, árabe, protegía el paso al territorio musulmán. Una vez conquistado por Alfonso VI, lo cedió a la Orden de Calatrava, que levantó sobre el mismo un hospital. A finales del siglo XII ya estaba erigido, y cuando la frontera se estableció en Sierra Morena, continúo siendo albergue y hospedería hospitalaria para los caballeros de Santiago y el Temple. Ya en 1178 se lo menciona como Hospital de Guadalferga. –Acceso libre–


CASTILLO DE GUADAMUR


Esta fortaleza es un magnífico ejemplo, bien conservado, de los castillos residenciales del siglo XV propios de la provincia de Toledo. Habitado en la actualidad, podemos recorrer su exterior, apreciando el estético resultado de las influencias del arte italiano en su arquitectura.

Dos recintos amurallados y un foso, con matacán sobre la puerta, dos cubillos, y el desaparecido puente levadizo protegen las dependencias interiores. Adosados a los ángulos y paños de la muralla aparecen baluartes y defensas cilíndricas, con mayor altura las interiores que las exteriores. Las defensas están concebidas para la artillería, aunque aún podemos observar aspilleras medievales. Las labores de perlas y pirámides que lo adornan, y los escudos del fundador, hablan del gusto estético desarrollado en el siglo XV, de influencia italiana. El interior alberga una interesante colección de armaduras, tapices, cuadros y muebles de época.

Su constructor fue Don Pedro López de Ayala, conde de Fuensalida, que lo erigió sobre una fortaleza musulmana. Fue usado por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, e incendiado. Rehabilitado, fue vuelto a incendiar durante las guerras carlistas.

Ilustres personajes lo han habitado temporalmente: el matrimonio de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, el cardenal Cisneros, el emperador Carlos V, y, como prisionera, la princesa de Éboli, encerrada aquí por orden de Felipe II.

De propiedad privada. Visitas: lunes, martes y miércoles de 9:00 a 14:00 horas. Es necesario solicitar reserva previa y acudir al menos 10 minutos antes de la salida para conservarla. Información: 925 291 560 - 925 291 301 y en el email turismoguadamur@gmail.com


CASTILLO DE MALAMONEDA


Visitar un castillo del siglo XIII, en pleno medievo, supone conocer una fortaleza como ésta, sin ventanas, saledizos, ni otros elementos defensivos. Una típica torre fuerte, pensada como refugio de una pequeña guarnición, y apoyo al poblado que se estableció en sus cercanías.

Accederemos por una puerta pequeña, con arco de medio punto, y podremos observar sus muros, de metro y medio de espesor. Del resto, nada queda. Pero no importa demasiado, pues por su ubicación, a los pies de la Sierra del Puerco, y en la confluencia del río Cedean y el arroyo Malamonedilla, podremos disfrutar de una gran belleza paisajística. En los alrededores encontraremos, excavados en la roca, sepulcros medievales. Malamoneda fue un poblado contiguo al castillo, establecido tras la reconquista cristiana del siglo XIII. En Aunque perteneció al caballero Alfonso Téllez, y después al arzobispo de Toledo, pasó a formar parte de las propiedades reales desde el reinado de Fernando III el Santo.

El nombre de Malamoneda se justifica por la leyenda de un templario traidor, que permitió el acceso de los musulmanes a la fortaleza a cambio de una recompensa en oro. Todos sus ocupantes fueron muertos, incluido el traidor. Al llegar los refuerzos cristianos, observaron que los cuerpos, arrojados desde el castillo, se habían hundido en las rocas, sepultándose de forma natural. Todos salvo uno, que sujetaba en las manos una moneda de oro. –Acceso libre–


CASTILLO DE OROPESA


Este castillo en realidad está formado por dos: el castillo viejo, fortaleza árabe parcialmente conservada, y el Palacio de los Álvarez de Toledo, condes de Oropesa, del siglo XV, convertido en Parador Nacional. Su escalinata de piedra es única en España.

El castillo viejo fue erigido por los árabes entre los siglos XII y XIII, sobre una fortaleza romana. De planta rectangular y con cuatro torres circulares en las esquinas, sólo conserva dos de ellas.

El castillo nuevo fue erigido en el siglo XV, y en su interior hay una gran plaza, antiguo patio de armas, y escenario de actividades culturales. Desde allí puede subirse, por una rampa escalonada, al adarve y a las torres, y disfrutar de la impresionante escalinata. Su torre del homenaje, de cinco plantas, está rematada por garitas defensivas, con saeteras, y almenas para armas de diferentes clases. En ella podemos apreciar aún el escudo heráldico de los Álvarez de Toledo, moradores del palacio.

El castillo es propiedad del Ayuntamiento de Oropesa, y alberga un Parador Nacional.


MÁS CASTILLOS


–Puedes consultar el resto de castillos de la provincia de Toledo accediendo a la web de Turismo de Castilla-La Mancha– http://www.turismocastillalamancha.es/patrimonio/castillos/toledo/

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