Lo de Pedro Sánchez ya empieza a ser preocupante (para sus adversarios políticos). Ni el PP de Feijóo ni el Vox de Abascal han podido con el socialista. El 23J será recordado por muchos por la enésima resurrección de Sánchez, por el crecimiento de los ‘populares’, el batacazo de la ultraderecha y el aguante de Sumar de Yolanda Díaz, casi sin tiempo para formar su proyecto político.
La ciudadanía ha hablado en las urnas y el mensaje es claro: no quieren que la ultraderecha entre en el Gobierno de España. El miedo a un salto en el tiempo ha sido visto por muchos votantes como algo real y han frenado a Vox a base de papeletas, sin cánticos, ni gritos, ni empujones… Se les cayó la lona de los ojos. La violencia de género, los derechos del colectivo LGTBI y el cambio climático existen.
El escenario para mi querida España, esta España mía, esta España nuestra (gracias Cecilia por tanto) se presenta complejo. Un pacto PP-PSOE parece algo utópico. Si no se logró en plena pandemia mundial, en plena crisis financiera, con los españoles (con o sin bandera en la muñeca) pasándolo realmente mal, ¿alguien cree que sucederá este milagro cuando se juegan gobernar un país? Pues eso. Que puede haber un Gobierno de pactos con catalanes y vascos o nuevas elecciones.
Lo que sí que ha quedado claro es que el PSOE de Sánchez ha recibido el respaldo de sus votantes (incrementándose), a pesar de ese temido ‘Gobierno Frankenstein’ que sube las pensiones y el salario mínimo, que rebaja el IVA, que aumenta las becas, que genera empleo… Los 122 diputados han hecho el efecto rayo que volvió a la vida al monstruo de Mary Shelley.
Queridos lectores, denme un ‘Gobierno Frankenstein’ que está cuando se le necesita y no uno que mira hacia otro lado cuando el país más lo necesita. ¿De qué vale llevar España en la muñeca si no la sientes en tu corazón?
Por cierto, que eso de dejar gobernar a la lista más votada está muy bien, pero se lo saltaron a la torera en Talavera de la Reina y Toledo (entre otros municipios). Es posible que pensasen: ¡Que lo cumpla Txapote!