OPINIÓN

Los separatistas, decisivos para la continuidad del 'Gobierno Frankenstein'

Un buen paseo mañanero

El punto de vista de Samuel Rodríguez Tendero, redactor de La Voz del Tajo

Samuel R. Tendero | Lunes 24 de julio de 2023

Noche de Reyes para el PSOE, nunca mejor dicho. Pese a haber perdido de las elecciones, Pedro Sánchez salió mucho más fortalecido que su contricante, Alberto Núñez Feijóo. Una sorpresa inesperada. O por lo menos, según lo que marcaban las encuestas, que por cierto, ninguna acertó en el número de escaños finales del PP. Conforme avanzaba la noche, así como el voto escrutado, había tertulianos de distintas televisiones que esperaban que los populares podrían remontar a un PSOE que había salido al ritmo de Max Verstappen. La remontada no se dio en ningún momento, ni siquiera un intento de la misma.

España se encuentra en una situación con un par de salidas: una de ellas, que perdure el sanchismo de la mano de comunistas y separatistas, enemigos de la nación española. La otra opción, poco viable en estos momentos, es que se dé una repetición electoral. El partido de Feijóo tiene alguna posibilidad, un tanto remota, como es la siguiente: que pacte con VOX, PNV, UPN y Coalición Canaria. Pero aquí encontramos un problema: VOX y PNV son partidos muy distintos, uno no puede gobernar con otro. Es más, Vox es bastante claro respecto a los pactos con los partidos independentistas. También se muestra firme en sus votos, que no los va a regalar a cualquier precio, por una cuestión de principios. Desgraciadamente, a no ser que haya un cambio radical en las posturas de determinados partidos, Sánchez volverá a ser investido presidente del Gobierno de la mano de sus mejores socios, los que quieren contribuir a la destrucción de un país que cada vez se va haciendo más evidente.

Cabe recordar que Sánchez es un presidente que no se basa en la verdad, que se preocupa por su propio bien antes que de otra cosa. Ese ha sido su único fin, engañar a quien sea sin importar las consencuencias de sus actos. Cuando dijo que no iba a tener pactos con Bildu, que no iba a indultar a los independentistas catalanes, ni tampoco iba a formar una coalición con Unidas Podemos, no mintió, sino que cambió de opinión. Que quede claro. La mentira es una de sus características más destacadas.

Carles Puigdemont, que lleva desaparecido un chorro de años, va a resultar uno de los grandes protagonistas inesperados de estas elecciones veraniegas, que por cierto, ya ha solicitado un referéndum y la amnistía para apoyar al líder socialista. Como para digerirlo sin atragantarse. De él dependerá el segundo capítulo del gobierno de Pedro Sánchez. Una mala noticia y buena a la vez es el bajonazo que el independentismo sufrió ayer, pero a la vez van a tener la llave del 'Gobierno Franquestein'. Ustedes se pueden imaginar lo que pasará, yo también. Sánchez cederá. Lo que importa es el poder, nada más. La verdad es que si quiere hacer progresar el país, no entiendo la necesidad de pactar con aquellos que quieren anular la unidad nacional, la defensa de la Constitución, entre otras cosas. Cuesta entenderlo.

A cambio del apoyo de Puidgemont, evidentemente, cada partido separatista tendrá sus concesiones, claro está. En el caso de Bildu, pediría más excarcelaciones de etarras, apartaría mucho más a la Guardia Civil en Navarra y País Vasco, un cuerpo al que desprecian pero que se encarga de velar de la seguridad de todos los ciudadanos de España. Nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado velan por y para todos, pero parece ser que los nacionalistas no les tienen simpatía. Otros partidos como ERC o PNV también pedirán concesiones para sus propios intereses.

Un futuro junto con los sectores más radicales de España en las instituciones se asoma en el horizonte, lo cual pinta muy desolador. Ya sabemos lo que supone tener a ese tipo de personas al frente. Unas nuevas elecciones podrían evitar este problema, pero se antoja complicado. En los siguientes días veremos. La esperanza tiene que seguir latente.


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