Junio está a punto de finalizar, un mes caracterizado por fuertes tormentas en gran parte del país, además de temperaturas que han dejado valores superiores a 44 ºC y noches tropicales. Pero, ¿cómo será julio? ¿cambiará esta situación? Samuel Biener, experto de Meteored, nos ofrece la previsión para el próximo mes, uno de los más cálidos y secos del año.
Normalmente julio es el mes más cálido y seco del año. Las temperaturas promedio se aproximan a los 24 ºC y las precipitaciones los 20 l/m2, aunque hay que tener siempre en cuenta la diferencia entre las zonas norte y el extremo sur peninsular, donde se acumulan en torno a los 50 o 100 l/m2 y 0 o 5 l/m2 respectivamente.
El día 15 comienza la canícula, el periodo más cálido del año y también seco. Sin embargo, aunque las precipitaciones suelen ser escasas, en zonas de los Pirineos y el Sistema Ibérico pueden registrarse grandes tormentas e incluso granizadas catastróficas.
Para este año, en la mayor parte de España se espera un mes de julio muy cálido, pero sin rebasar los extremos del 2022. En la vertiente cantábrica, valle del Ebro, depresión del Guadalquivir, la mayor parte de las mesetas y los dos archipiélagos, las temperaturas superarán 1 o 2 ºC la media.
Para la primera parte del mes no se esperan calores extremos, las temperaturas serán las propias de esta época en la mayor parte de las regiones. No obstante, para la segunda quincena sí se prevé calor intenso en la Península y en ambos archipiélagos, aunque de momento es demasiado pronto para hablar de una ola de calor.
La temperatura no es el único factor que influye, sino que habrá que tener en cuenta la cizalladura elevada y las irrupciones de aire seco provenientes de Europa o del Sáhara. Estas temperaturas tan altas sí incrementarán las probabilidades.
En el entorno de Escandinavia, en los últimos días se habla de la posibilidad de un bloqueo anticiclónico, similar al patrón de mayo. Desde que comenzó el verano, la atmósfera se ha mostrado bastante dinámica a diferencia de los años anteriores. Los centros de acción muestran más dinamismo y así las olas de calor son de menor duración. A largo plazo, es posible la instalación de altas presiones en la zona de Islandia-Escandinavia que podría favorecer la presencia de aire frío y tormentas en nuestra zona.
¿MES DE GRANIZADAS?
En julio las precipitaciones suelen ser escasas, pero es un mes en el que podemos encontrarnos con fuertes tormentas en algunas zonas e, incluso, el temido pedrisco, tan perjudicial para los cultivos. Todo apunta a que se avecinan semanas con más precipitaciones de lo normal en el cuadrante noreste peninsular, especialmente en el Ibérico sur y en el Pirineo, justo donde las tormentas son más abundantes en esta época del año.
Para el resto del país nuestro modelo de referencia no atisba anomalías significativas respecto a la climatología de julio, aunque habrá que permanecer atentos al mencionado bloqueo, porque podría suponer un recrudecimiento de las tormentas.