A los 76 años nos ha dejado este 15 de junio el talaverano doctor Juan María Lago Viguera, que fuera Jefe de Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y hermano del recordado alcalde de Talavera de la Reina Gonzalo Lago. Una familia plagada de médicos y que tuvo en Juan Lago a un excelente embajador de su ciudad así como un defensor de los talaveranos allá donde ejerciera su labor. De hecho, aunque no fuera de su competencia, siempre fue el brazo en el que apoyarse por parte de miles de talaveranos que por una circunstancia u otra se veían obligados a pasar por el madrileño Hospital Ramón y Cajal.
Tras haber padecido una dura enfermedad que nos ha arrebatado su persona los restos mortales de Juan María Lago Viguera son velados en el Tanatorio de La Paz en Alcobendas (salida 20 de la carretera de Colmenar (M-607) junto al Parque Cementerio de La Paz donde) –a las 18 horas (seis de la tarde) de este viernes 16 de junio– se oficiará la Misa funeral por su eterno descanso y la posterior cremación.
El Dr. Juan María Lago Viguera comenzó su carrera profesional como médico residente de la especialidad de cirugía cardiotorácica y vascular en el servicio homónimo del Hospital La Paz, en Madrid, en el año 1970. Desde muy temprano supo que su vocación era tratar a los pacientes con patología pulmonar, con especial dedicación a la cirugía oncológica. Tras terminar su periodo de formación, en 1976 pasó a formar parte del equipo de cirugía torácica del recién inaugurado Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Ese mismo año, en su afán de ofrecer el mejor tratamiento a los pacientes, se desplazó a EEUU para ampliar su formación en una de las cirugías más complejas de su especialidad, la cirugía traqueal.
En el Massachusetts General Hospital de Boston, y bajo el auspicio del Dr. Hermes Grillo –considerado uno de los padres de la cirugía traqueal–, profundizó sus conocimientos de las técnicas que permiten tratar exitosamente los problemas de la tráquea. A su vuelta a Madrid, comenzó el programa de cirugía traqueal en el Hospital Ramón y Cajal.
En 1990 se desplazó de nuevo a EEUU y, en la ciudad de San Luis, entre los meses de enero y julio, llevó a cabo un entrenamiento en las técnicas de trasplante pulmonar junto con el Dr. Joel D. Cooper, cirujano que realizó el primer trasplante pulmonar con éxito en el mundo.
En el año 1996 ganó por oposición la jefatura de cirugía torácica del Hospital Ramón y Cajal, llevando a dicho servicio a niveles profesionales y asistenciales sin precedentes con su dirección.
Ya en 1998, tras un proceso de formación de todo el equipo, el servicio de cirugía torácica recibió la acreditación de la ONT (Organización Nacional de Trasplantes) y se inauguró el programa de trasplante pulmonar en este hospital, siendo el Dr. Lago quien realizó el primero. Simultáneamente, decidió formar parte del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), reconociendo la importancia que estaba tomando esta enfermedad en la sociedad española.
A fin de mejorar los resultados del tratamiento del cáncer de pulmón participó en estudios con esta sociedad científica. En España, fue uno de los cirujanos pioneros en realizar cirugía de cáncer de pulmón después de haberse administrado al paciente tratamientos sistémicos como quimioterapia y locales como la radioterapia. El GECP le reconoció su implicación y aportación en este ámbito en el año 2002.
Tras la apertura del MD Anderson Cancer Center en Madrid, como primera filial internacional del The University MD Anderson Cancer Center de Houston, el Dr. Juan María Lago Viguera fue nombrado director médico del mismo.
Asimismo, ostentó la jefatura de servicio de cirugía torácica de dicho centro. Gracias a su contribución como cirujano, a su visión profesional y su guía, siempre en estrecha colaboración con el centro de Houston, el MD Anderson Madrid se ha convertido en un centro de referencia y excelencia para el cáncer en España y en Europa.
El Dr. Juan María Lago Viguera cesó su actividad profesional en el año 2016. Durante estos años ha formado a los mejores profesionales de cirugía torácica, repartidos por todo el país y por el extranjero.
Además de su gran capacidad quirúrgica, destacó siempre por su gran inteligencia, su deseo incesante de aprender, su amor por el arte, su trato cercano con los demás profesionales y, sobre todo, con el paciente.
Siempre supo transmitir sus conocimientos y estimular a quienes estaban con él a seguir estudiando por el bien del paciente. Fue capaz de formar a las nuevas generaciones de tal manera que ahora pueden desarrollar su trabajo con rigor, excelencia e independencia.
Ha dejado una huella indeleble en miles de pacientes, a los que ha curado con sus manos y consolado con sus palabras, y en miles de profesionales que han recibido su influencia. Un poco de lo que él ha dejado en nosotros se lo pasamos a las generaciones siguientes. Pero muchos no podrán tener el privilegio de haber aprendido con el magnífico profesional y persona cabal que era el Dr. Juan María Lago Viguera.
Todos los que hacemos La Voz del Tajo, por la tan cercana relación que siempre hemos mantenido con la familia Lago Viguera, nos unimos al dolor de todos sus allegados en estos momentos tan difíciles. Descanse en Paz.