Ruido y silencio, guerra y mutis. Dos palabras que parecen antagónicas pero que tienen muchas más similitudes de las que podamos creer.
Revisen los medios en estos últimos días y convendrán conmigo en que el silencio se ha convertido en el mejor arma para algunos dirigentes del PP y de VOX a los que parece habérseles tragado la tierra en tiempo de pactos.
Eso es el mutis: el silencio que guarda intencionadamente una persona en lugar de dar respuesta. Sin ser malicioso en los pensamientos, alguna sorpresa tendrán guardada para todos nosotros después de la guerra sin cuartel que mostraron en la campaña electoral.
Guerra, ese conflicto social en el que dos o más grupos humanos se enfrentan de manera violenta, a menudo con resultado de muerte y daños materiales.
Esa es la que se ha puesto por montera el PSOE de Pedro Sánchez, que ha soliviantado a un gran número de sus barones; sobre todo, a los que han ganado en sus territorios o tienen posibilidad de gobernar. Un conflicto con nombres y apellidos y con gente que ha tirado hasta del insulto con la pretensión se hacer posible un milagro.
Pero no pierdan de vista el mutis al que aludía al principio. Ese silencio intencionado de PP y VOX tiene muchas lecturas y también una guerra soterrada que –estoy seguro– nos va a dar más de un titular por el famoso ‘peaje’ que los de ultraderecha harán pagar a los fieles de Feijóo.
No se despisten con esas cuentas, porque a más de uno no le van a salir. Es cuestión de tiempo.