Era el año 2013 y desde La Voz del Tajo se estimó que era conveniente que Toledo tuviese su propia VOZ. Y así lo reflejaba su director en su carta de la página 3 del número del 28 de mayo. Carta que reproducimos a la vez que dejamos testimonio de que nuestra presentación estuvo acompaña de un monográfico completísimo que apenas duró una hora en los kioscos y puntos de entrega. García-Page era el alcalde de la Ciudad Imperial; Cospedal la presidenta de la región y Jesús Nicolás estaba al frente de la concejalía toledana. A ellos tres se les efectuaba una entrevista para que hablaran de esta declarada de Interés Turístico Internacional. Aprovechen para descargarse este ejemplar único para coleccionista que tiene la buena costumbre de crear su propia hemeroteca. Merece la pena.
Son ya 35 años los que contemplan esta cabecera y han sido muchas las noticias, las circunstancias, los sinsabores y las alegrías que hemos vivido en nuestra provincia.
Muchísimas las personas que han aparecido en estas páginas y muchas las que tendrán que seguir apareciendo. en un planeta informativo en el que la globalización y la tecnología avanzan segundo a segundo sin freno, la apuesta por lo nuestro sigue siendo la enseña de la Voz del Tajo.
El trabajo en papel, la cercanía, el detalle de cada asociación, de cada grupo, de cada equipo, de cada ciudadano es nuestro empuje para seguir haciendo el trabajo que nos mantiene, contra viento y marea, junto a nuestros vecinos, nuestros paisanos. Por eso queremos crecer; algo que en tiempos de crisis no parece posible y a veces hasta tarea de locos, pero el destino es de los que arriesgan. esa es nuestra máxima.
Por eso, también, queremos hacer honor a nuestro apellido y honrar al Padre Tajo allá donde sus aguas bañen orillas, piedras y puentes y Toledo es punto más que importante en el caudal de nuestro río. Por eso estamos hoy aquí, en la capital, con la gente que nunca ha dejado de querernos y que nos recibe con los brazos abiertos.
Somos gente sin falsas modestias pero también sin alharacas. Somos conscientes de nuestro papel pero conocemos el sabor de la dignidad, algo a lo que nunca hemos renunciado.
Hoy comenzamos una nueva andadura con vocación provincial que sólo busca la complicidad de los toledanos, sean de donde sean. Y lo hacemos con el esfuerzo de este ejemplar especial, muy trabajado por todos los que hacemos la Voz del Tajo para celebrar el Corpus de este 2013. no puedo por menos que enviar mi agradecimiento a todas las personas que se han prestado a ayudar con sus palabras en la confección de este periódico y tampoco escondo mi disposición, nuestra disposición, a aportar el granito de arena que humildemente puede proporcionar un modesto pero reconocido medio de comunicación que aquí nació, que está hecho por gente de aquí y que aquí quiere quedarse para mayor libertad de todos los toledanos.
Una libertad y un reencuentro que coincide con la reunión entre los dos máximos dirigentes de los partidos mayoritarios en la región, Cospedal y Page. Es de esperar que el entendimiento sea la clave a partir de ahora entre ambos para que el futuro sea nuestro realmente. Un futuro que, desde hoy, también se escribe en Toledo, que tiene su voz y ésa es la Voz del Tajo.
Pocas fiestas sintetizan la cultura, el fervor y la identidad de un pueblo como lo hace el Corpus Christi en Toledo. Una festividad solemne y religiosa, declarada de Interés Turístico Internacional y con un fuerte arraigo durante los siglos que viste por unos días a la Ciudad Imperial con sus mejores galas. Una fiesta intensa y popular que merece ser vivida, disfrutada y contada, razón por la cual La Voz del Tajo, decano de la prensa provincial y regional, retorna con mayor fuerza e ilusión que nunca a Toledo.
Incansable cronista de la fiesta más señera y de todo lo acontecido en la Ciudad de las Tres Culturas durante décadas, como demuestra la selección de fotografías de diversas procesiones del Corpus Christi desarrolladas en los años setenta y ochenta que acompañan estas líneas, nuestro periódico regresa a la capital regional con más fuerza e ilusión que nunca.
Es la hora sin sombra. Mediodía.
Guirnaldas de fervor por los balcones.
Apremiados están los corazones
por un fulgor de súbita alegría.
En su cenit el sol. Algarabía
de blancas eucarísticas canciones.
Las calles, rumorosas procesiones.
Éste es el día, ¡oh Dios!, éste es el día.
Bajo un bosque de palios se apresura
la azul parafernalia del incienso.
Éste es el día, ¡oh Dios!, de la hermosura,
día de suavidad y de aire quedo,
el día abierto, elemental, inmenso,
en que Dios pasa en triunfo por Toledo.
José María Gómez Gómez