está haciendo durante estos días un viaje al pasado para recordar cómo se celebró la Semana Santa en Talavera de la Reina desde el 2005 hasta el 2017.
Esta celebración de la Ciudad de la Cerámica está declarada de Interés Turístico Regional desde 2007. La Semana Santa talaverana está considerada como una mezcla entre castellana y andaluza, destaca por la realización de actos litúrgicos tan importantes como las Procesiones de la Borriquita, del Silencio, de la Pasión y del Santo Entierro, que se pueden contemplar desde las murallas; el Encuentro de Jesús Resucitado con su Santísima Madre el Sábado Santo en la Plaza del Reloj, y la dramatización de algunos pasajes como la Pasión, el Santo Entierro y el Vía Crucis de cerámica, entre otras.
En esta ocasión nos trasladamos al año 2005, ese año José María Gómez —colaborador habitual de nuestro medio y además catedrático de literatura, poeta, historiador y divulgador, entre una innumerable lista de logros— por aquel entonces pertenecía a la redacción de La Voz del Tajo, ofreció toda la información correspondiente a esa semana.
“Desde hace unos años Talavera ha revitalizado ilusionadamente su Semana Santa. Hoy es una impresionante muestra de colorido y devoción. Las siete Cofradías que, enraizadas en la tradición talaverana, vienen organizando los actos, han dignificado las procesiones y celebraciones con un gran esplendor”, escribió.
Pero la Semana Santa de 2005 se distinguió —sin lugar a dudas para todos— por la presencia en nuestra ciudad de un ilustre escritor y periodista sevillano: Don Antonio García Barbeito. El motivo no era otro que pregonar nuestra Semana Santa talaverana.
En 2006 la protagonista fue la lluvia, en la noche del Viernes Santo —día grande de la Semana Santa de Talavera— las inclemencias del tiempo se hicieron presentes en el recorrido procesional de las cuatro cofradías que desfilaban.