Las XVI Crónicas del rey don Pedro de Torrijos (celebradas del 23 al 26 de marzo) se clausuraron con una espectacular y novedosa escenificación de los “Delirios del rey don Pedro I” después de un fin de semana para el goce de todos los sentidos, aderezado de sabores y perfumes medievales, y abanderado por vistosos eventos como las carreras de caballos seguidas por numeroso público, a un lado y otro del vallado dispuesto a lo largo del recorrido, entre la Plaza de España y la Plaza del Cristo.
En esta fiesta de Interés Turístico Regional participaron miles de personas acompañadas de un agradable clima primaveral. El sábado, contó con la directora general de Turismo. que visitó la ciudad para entregar este distintivo a la localidad, que celebró su décimo sexta edición.
Este año las Crónicas se han superado a sí mismas y han seguido innovando, así como han aumentado la cantidad y la calidad de los eventos. Numerosos colectivos locales se implicaron en ello, creando una perfecta cohesión entre los agentes, tanto dentro como fuera del municipio, que han colaborado para recrear un episodio histórico de la villa: el bautizo de la hija del rey Pedro I, en Torrijos, en el año 1353.
Se clausuró el acontecimiento con fuegos artificiales en el patio del Palacio de Pedro I, tras una espectacular y novedosa escenificación de los “Delirios del rey don Pedro I”. Ha sido solo uno de los muchos actos desarrollados con motivo de un nutrido programa diseñado por el Ayuntamiento de Torrijos. Además, como fundamental atractivo innovador, con la incorporación de las carreras de caballos, patrocinadas por Embutidos España e Hijos, seguidas en su recorrido, desde la Plaza de España a la Plaza del Cristo, por numerosos visitantes agolpados a un lado y a otro del vallado dispuesto.
Unas jornadas medievales a cuyo mercado, además, se han sumado este año más puestos, ampliándose el itinerario de aromas gastronómicos y de perfumes que transportan al medievo, a lo largo del cual, se podía pasear con la compañía de unas temperaturas primaverales muy agradables.
Además de tener 15 años de antigüedad, otros requisitos para que a las Crónicas del Rey Don Pedro las hayan declarado Fiestas de Interés Turístico Regional han sido la originalidad, la calidad y la promoción de las mismas. Así lo explicó la directora general de Turismo de Castilla-La Mancha, Ana Isabel Fernández Samper durante su visita, el sábado por la tarde, a la décimo sexta edición de este evento para hacer entrega al Ayuntamiento de Torrijos de un distintivo, en señal de este reconocimiento. Lo recogió, en la fachada del Palacio de Pedro I, el alcalde, Anastasio Arevalillo frente a las numerosas personas que, en ese momento, acababan de presenciar, la llegada del rey don Pedro y su séquito, junto con la colorida escenificación de los bandereros medievales de San Sepolcro (Italia).
Arevalillo agradeció a la directora general de Turismo por el título y a todas aquellas personas de la localidad “que han contribuido para que esto sea realidad, han participado muchas asociaciones, clubs, muchas personas en general de Torrijos que, a lo largo de todo este tiempo han estado, algunas perduran todavía, otras han ido y han venido, pero de todas ellas, de todas las corporaciones municipales, de todas esas asociaciones es esta distinción”.
Ana Isabel Fernández, por su parte, valoró la implicación tanto del ayuntamiento, con su esfuerzo aumentando la cantidad y calidad de actos y estrategia de promoción turística, como de todo un pueblo en la consecución de dicha distinción y señaló que “es espectacular el colorido y la alta participación que hay de los ciudadanos”.
Posteriormente, el primer edil y la directora general de Turismo dieron el pistoletazo de salida a las carreras de caballos nocturnas, desde el balcón del antiguo ayuntamiento de la localidad, ante una plaza de España repleta de público.
El reconocimiento de las Crónicas del rey don Pedro como Fiesta de Interés Turístico Regional se hizo público hace ya unas semanas, por lo que los requisitos mencionados ya se cumplieron en anteriores ediciones, si bien, una vez conseguido el título, las Crónicas de este año han dejado el listón mucho más alto, si cabe.
La incorporación de las carreras de caballos, la visión renovada de los delirios de Pedro I o el pregón desde la torre de la colegiata han sido algunos de los ingredientes novedosos que han hecho las delicias del público, que ha podido disfrutar con una sucesión de actividades continuada (las añadidas se suman a las otras muchas mantenidas de ediciones precedentes, como el correfoc, el desfile de gigantes y cabezudos o los numerosos desfiles y teatralizaciones), con apenas tregua entre un acto y otro del programa. Además, se han ampliado, nuevamente, escenarios y la implicación de los diferentes colectivos de Torrijos ha sido importante.
Han participado numerosas asociaciones y personas del municipio en las recreaciones que, pese a contar con la colaboración de diferentes agentes externos en la organización, desde la empresa Balcanet, la dirección artística de Paco Rodríguez, los bandereros italianos o el grupo de teatro “Noctívagos”, de Oropesa, ha sido elevada la cohesión y muy bueno el engranaje de todos los elementos en torno a la narración del episodio histórico que es el leitmotiv de las jornadas: la visita del rey don Pedro a Torrijos, en 1353, para celebrar el bautizo de su hija, la infanta doña Beatriz.
Las asociaciones de Torrijos han sido: Carpe Diem, Milites Xorxi, OJE Atalaya, La Fuentecilla, Arqueros de Pedro I, asociación de baile Mª Victoria, comparsa cristiana Gutierre de Cárdenas, grupo Variedades, Antares, Las siete partidas, Amigos de la Colegiata, Un camino nuevo, Kantuka, Escuela Municipal de Teatro y banda de cornetas y tambores de la Hermandad de Jesús Nazareno.
En lo que a gastronomía se refiere, existió, además, la oportunidad de disfrutar con los sabores de la VI Jornadas de la Tapa Medieval, organizadas por ASOBARETO, de participar en el sorteo de un jamón de ACOSETO por comprar en sus establecimientos durante las jornadas, así como de asistir a las dos degustaciones, de judías blancas y migas, que ofreció el consistorio, acompañadas en cuenco de barro con el sello de las Crónicas.