Se cumple el tercer aniversario desde que la pandemia de la Covid-19 puso en pausa la vida de millones de personas. Han pasado más de 1.000 días. Un tiempo que ha servido, entre otras cosas, para olvidar una de las peores épocas vividas en los últimos tiempos. Lejos han quedado ya los aplausos a los sanitarios.
Fue un ritual sentido y que salía del corazón. Durante el confinamiento en la primera ola de la Covid, a las ocho en punto de la tarde, se abrían balcones y ventanas y cientos de miles de españoles, también de talaveranos, toledanos y castellano-manchegos, aplaudían a un colectivo profesional que entonces se jugaban la vida por salvar la nuestra, como los ‘héroes’ del Hospital Nuestra Señora del Prado, de Talavera de la Reina. Ahora, poco queda de esa solidaridad.
También fueron momentos par la solidaridad, momentos para hacer mascarillas, respiradores caseros, recoger alimentos de primera necesidad para los más necesitados por ciudadanos anómimos y empresas como Carnicas Dibe, Grupo Otero, El Corte Inglés, entre otros, (el Recinto Ferial se llenó de bolsas de generosidad), y llenar nuestra vida de canciones desde los balcones –como hizo talaverano León Martínez–. Fueron días de pintar corazones, arcoiris y darnos esperanza unos a otros. Fueron días de dar las gracias a los servicios esenciales: transportistas, farmaceúticos, comercios, bomberos, servicios de limpieza, policías -que alegraban los cumpleaños de los más pequeños-, peluqueros que nos ponían guapos (cuando se pudo), de colas en los supermercados... Fueron días de unidad frente al dolor.
Valeria Cassina y La Voz del Tajo, pusieron rostro y palabras a los 'héroes' de la pandemia, todos nosotros, los que están y lo que nos dejaron. También os mantuvimos informados, como seguimos haciendo, sobre cómo iban cambiado las normas, cómo evolucionaba la enfermedad y los retos que estaban por llegar. Desde estas líneas queremos daros las gracias a todos por mostrar un comportamiento ejemplar, porque así fue para casi toda la ciudadanía, en una época tan convulsa y confusa.
Por este motivo, La Voz del Tajo recoge algunas de las imágenes más significativas de aquel momento -realizadas por la fotógrafa internacional y colaboradora habitual de este medio Valeri Cassina-, que afectaron a los ciudadanos de Talavera de la Reina y su comarca. –Puedes ver la galería de imágenes al final de esta noticia–.
El 14 de marzo de 2020, Pedro Sánchez comparecía ante los medios de comunicación, de manera telemática, para anunciar en tono de gravedad las "decisiones extraordinarias" que había adoptado el Gobierno para "proteger a los españoles y ganar al virus".
Esa decisión era la aplicación de medidas tan duras como el confinamiento de todos los ciudadanos cuyos trabajos no resultaran esenciales y que se amparó bajo el paraguas de un decreto de alarma, un instrumento constitucional que se aplicaba por primera vez en España para toda la población y que resultó ser el más duro de los dos que se aplicaron durante la pandemia.
Se prohibió a los ciudadanos salir a la calle e incluso pasear, salvo que tuvieran animal de compañía, se cerraron negocios, los colegios y universidades, toda la restauración, se suspendieron los viajes en trenes, aviones y barcos y se aplicaron Expedientes de Regulación Temporal de Empleo a buena parte de la fuerza de trabajo del país.
Ese primer decreto se extendió hasta el 21 de junio, con sucesivas prórrogas quincenales que cada vez cosechaban menos apoyos en el Congreso de los Diputados. Durante esos meses se produjo el mayor número de muertos diarios de toda la pandemia. La pandemia de coronavirus ha dejado 120.000 fallecidos en nuestro país, entre ellos, 34.000 mayores en residencias.
El Gobierno limitó la circulación con un toque de queda entre las 23.00 y las 6 horas de la madrugada; restringió la entrada y salida del perímetro de las Comunidades Autónomas; solo se permitían reuniones en espacios públicos y privados de 6 personas y se limitó la permanencia en lugares de culto.
Tras decaer la vigencia del último estado de alarma el 9 de mayo de 2021, el Gobierno aprobó un decreto dejando en manos de los gobiernos autonómicos la toma de decisiones para frenar los contagios y ponía como árbitro al Tribunal Supremo, para unificar doctrina.