Sigue apuntando hacia arriba el Baloncesto Talavera en esta LEB Plata. Los de la Ciudad de la Cerámica por fin han encontrado su camino o quizá mejor decir que han conseguido dar con la tecla, que no es otra cosa que sacar rentabilidad a efectos de resultados lo que jornadas atrás, con el mismo esfuerzo o incluso más, siempre les acababa saliendo cruz, acumulando derrota tras derrota y cayendo a la zona de quema en este Grupo Oeste. Ahora todo es cara, el equipo tiene confianza y todos aportan en las rotaciones, sean los minutos que sean, logrando de esta manera tener al equipo más vivo que nunca en este tramo final y decisivo de la competición.
No se notaron las ausencias de Stefan Andrejevic y Jesús Castillo, aunque se les echó de menos en la dura batalla por la pintura que tuvieron que lidiar especialmente con el senegalés Massine Fall y esos 2,18 metros que daban auténtico pavor. Tampoco se notó cuando Onuetu y Martínez tenían que irse antes de tiempo por cinco faltas y fruto de ello sería ese 82-70 final frente a Melilla Sport Capital Enrique Soler que incluso acabó dejando mal sabor de boca en la parroquia local porque los talaveranos buscaban el ‘basketaverage’ con su oponente.
La primera canasta del encuentro, un triple desde la esquina de Silverstrom, era un buen pálpito. Y la verdad es que el norteamericano estuvo de dulce en este periodo anotando él solito los mismos puntos que obtendría su oponente en este tiempo (12).
Arranque espectacular de los de Ricardo Úriz, quienes antes de las primeras rotaciones se marcaban un espectacular 16-4 de parcial que obligaba a tomar al técnico visitante a tomar cartas en el asunto. Mejoraron estos y recortaron a siete la distancia, pero Talavera estaba firme y hasta aportaba el recién llegado Luis García, con sus primeros minutos de corto y también sus primeros puntos. Así pues 21-12 para cerrar el cuarto con un conjunto cerámico certero, astuto y espartano al rebote.
El segundo cuarto iniciaba corroborando que los primos diez minutos no eran un espejismo aunque Melilla estaba claro que tenía que despertar en algún momento y lo hizo metiendo miedo en el cuerpo con triple de Orrit y canasta de Fall en acción de cinco puntos que dejaba la ventaja a tiro de tres (27-24). Precisamente fue a base de eso, de lanzamientos desde más allá del 6,25 metros (otra vez Silverstrom) y también en personal de tres tiros (convertidos todos ellos por McRay Thomas), como volvía otra vez la renta y minaba la moral de los visitantes (33-24).
De ahí al descanso la cita tomó un cariz de toma y daca, de intercambio de golpes y de una titánica pelea en la pintura entre Archer y Fall de la que el primero salía vencedor. Marchaba bien el encuentro para los de Talavera de la Reina, cuyo lunar a veces era quizá acelerarse demasiado, pero Melilla también se precipitaba, acumulando muchas más perdidas si cabe. El encuentro se iba con un 40-29, buenas vibraciones pero todavía quedaba un mundo.
Veinte minutos por delante y los Díez siguientes, los del tercer cuarto, resultaron ser los de más sombra en todo el encuentro. El intercambio de canastas no era mala noticia pero si que lo era que progresivamente Onuetu y Martínez de fueron cargando de faltas. Con las bajas que arrastraba Talavera para este choque no estaba para perder más efectivos, mucho menos bajo la canasta, pero ambos acabarían cayendo en las cinco faltas, el primero de ellos el tinerfeño y posteriormente, ya en el cuarto periodo sería eliminado el maño.
Supo sobrevivir el conjunto cerámico a esos momentos complicados y lo hizo con la aportación tanto de Josep Peris como de Luis García que tiraron de muñeca para mantener a los locales con diez puntos de distancia, lástima que una buena acción de pizarra convertida desde la esquina por Fravert para el 59-52.
Últimos diez minutos en los que los norteafricanos echaron el resto, aunque los talaveranos eran titanes en defensa a la vez que pícaros. Precisamente de un robo de pelota que convertía en canasta McRay Thomas se iba Baloncesto Talavera hasta los 16 puntos de ventaja (70-54), su mayor renta en el encuentro con apenas cinco minutos para el final.
Lo tenía cerquita el equipo local, por no decir que estaba ya prácticamente hecho. Y fue entonces cuando el factor ‘basketaverage’ comenzó a entrar en juego. Había que neutralizar los 14 puntos del encuentro de ida y los locales lo rozaron con la punta de los dedos, lástima que Elan la colara de tres para un 82-70 que sí que es cierto que dejó un regusto algo amargo, pero no para una afición y en general para equipo que se va al parón en el que es su mejor momento. A la vuelta espera Canoe, un rival directo y otra opción de poder seguir sumando, pero eso será dentro de dos semanas.
Baloncesto Talavera: McRay Thomas (17), Meana (5), Silverstrom (19), Archer (6) y Martinez (9). También jugaron: Ganal (1), Peris (15), Onuetu (-) y García (10).
Melilla Sport Capital Enrique Soler: Orrit (7), Elan (8), Fravert (16), Fall (10) y Stankevicius (9). También jugaron: García (5), Poyatos (6), Ndiaye (9) y Ferrando (-).
Árbitros: Jesús Marín Abad (Aragón) y Carlos Manuel Betanzos García (Castilla y León). Eliminaron por faltas a los locales Onuetu y Martínez.
Parciales: 21-12, 19-17, 19-23 y 23-18.