La falacia suele tener las patas muy cortas pero hay gente que no tiene escrúpulos a la hora de sacarla a pasear. Es el caso de David Moreno, el candidato (por accidente) de VOX a la presidencia de Castilla-La Mancha, que ha querido sacar agua de una alcuza, nunca mejor traído, tras su puesta de largo en Murcia.
Que un desinformado confunda la velocidad con el tocino tiene disculpa por aquello de la falta de ilustración, pero para todo un licenciado en Derecho que se las da de experto en las labores agropecuarias no hay excusa.
Sobre todo, porque Moreno sabe, como experimentado constructor que vivió los tiempos de la especulación en primera persona, que el agua hace falta para regar pero también para desarrollar proyectos urbanísticos e industriales.
Su última ocurrencia ha sido preguntar por las supuestas compensaciones que recibe esta región por el agua trasvasada. No soy yo quien tiene que responderle, pero sí –como castellano-manchego– reprenderle por su postura de sostén de las reivindicaciones levantinas y murcianas.
Tres actos sobran para destapar el tarro. Primero, por decencia de origen: ¿qué votos busca, los de aquí o los de Murcia? Dos: ¿prefiere que el agua se vaya o se quede aquí como garantía de progreso? Y tres, ¿si no sabe calcular esas compensaciones que regrese a la escuela y si tampoco conoce las competencias de cada Administración que entregue su título de abogado?
Generalmente, cuando se entra en política con las leyes de Atila y los mandamientos de Maquiavelo debes tener muchos ases en la manga o echarte a temblar.