No termino de comprender la cerrazón de la ministra Montero y su entorno sobre la realidad de su ‘Ley del sí es sí’ y las consecuencias de la misma en la sociedad.
Sí reconozco que, sin detalles y recién aprobado el texto, pensé en la caza de brujas y que el sectarismo de hoy funcionaba a pleno rendimiento.
Si han sido 400 las sentencias las que se han revisado y han favorecido a los condenados sólo hay una duda, ¿cuántas les han dejado como estaban o han aumentado las penas a los nuevos agresores?
Si algunos jueces están recortando las penas en base a la nueva Ley y otros no, ¿cuál es la causa? Algo no me cuadra. Hace pocos días Podemos decía abrirse a negociar una reforma de la Ley. Ahora, cuando Page les llama chapuceros, se enrocan en que es buena… A ver, ¿sí, no o viceversa? Es un follón, un follón el que tienen los morados con tal de no reconocer su error.
En la banda contraria, como no se bajan del grito, del insulto, del titular vacío o de las palabras huecas, no terminamos de saber a dónde quieren llegar. Bueno, sí, a ver quién la lía más gorda.
Así, Feijoo saca a pasear a sus antepasados. A Aznar se le aparecen cada día más ministros judicializados y Rajoy sigue con su ‘pasa palabra’ sobre la larga sombra de la corrupción. Abascal llama a la puerta del excomunista Tamames para comandar una moción de censura de la señorita Pepis y aún no hay nada. Este país, o mejor dicho sus políticos, no dejan de abrirnos la boca y cerrarnos los ojos cada día más.
Solo dos detalles para acabar, una calculadora y una plaza de toros. La primera es la del PP de Talavera para contabilizar gente, ellos saben por qué lo digo, y la plaza de toros es la de Murcia, que este fin de semana nos dará noticia y no será por el triunfo en el ruedo de ningún torero, más bien ‘la bravuconada de algún maletilla’. Al loro.