El torero de Pepino, Tomás Rufo, ha llevado a cabo un gran 2022 que le ha situado en los puestos preferentes del escalafón taurino pese a que arrancó la temporada con sólo dos festejos a sus espaldas tras tomar la alternativa en Valladolid en 2021.
Bajo la premisa clara de que para llegar a ser figura el triunfo debe ser constante, cada tarde ha sido un compromiso a todo o nada. Desde el inicio de Temporada en Ciudad Rodrigo con dos orejas en el toro del Festival del Toro, Tomás nunca ha bajado el pie del acelerador. Su ambiente fue creciendo tras reventar la Feria de la Magdalena con cuatro orejas y ratificar el buen sabor de boca en Salamanca con un gran mano a mano con Alejandro Marcos en Alba de Tormes en el que cortó cuatro orejas ante las cámaras de Castilla la Mancha Televisión.
Sevilla era el primer “puerto de primera” y se saldó con una histórica Puerta del Príncipe en tarde de lluvia, sustos y enorme toreo. La precocidad en todo la ratificó saliendo a hombros en su presentación en San Isidro. Tomás se iba convirtiendo en un auténtico acontecimiento allá dónde iba cómo sus 6 orejas tirando del San Isidro talaverano o con la ratificación, a sangre y fuego, de sus credenciales en Madrid con una oreja de enorme peso con sabor a ratificación.
Junio es un mes que marca diferencias y Tomás demostró que tiene una inmensa capacidad mental y física. Sus pasos por Toledo, Granada y Alicante dejaron rotundas faenas y sólo la espada evitó que en la Ciudad Imperial la gran faena a su segundo dejara en una oreja una tarde de 3. En Burgos mostró que es capaz de imponerse a las condiciones más complicadas de los toros.
El triunvirato de ceremonias (alternativa, confirmación en Madrid y en Nimes) lo terminó con el indulto de Enarbolado en el Coliseo nimeño pese a arrastrar las consecuencias de la cogida de Madrid en su muñeca izquierda.
Julio supuso ratificar en Francia el gran sabor de boca que dejó cómo novillero en Bayona y su paso por Mont de Marsan, Bayona y Dax (septiembre) dejó la sensación de un torero maduro que se sobrepuso a sus oponentes con la firmeza que le acompañó toda la temporada. Su cartel en el país galo sigue intacto.
Por la vía de la sustitución dejó una gran noche en Palma con un toreo de capote para el recuerdo y sólo la mala sensación de una espada que no estuvo a la altura de las 4 orejas merecidas.
En Bilbao vivió la sensación amarga de no lograr el triunfo soñado pese a la buena imagen dada. Hubo un quite… El toreo te enseña a madurar y Tomás lo hizo a base de triunfos: Herrera, Pontevedra, Huesca, Cuenca, Palencia, Almería… el nombre del diestro no paró de sonar.
En septiembre entró con fuerza y volvió a triunfar en “su Valladolid” pese a una feísima cogida, en Salamanca, Guadalajara, Talavera y Abarán cerró un año inolvidable que le ha puesto en boca de todos los aficionados al arte del toreo.
La imagen de Tomás no ha parado de sonar y su aspecto social sigue en aumento. El sobreponerse a las tardes más exigentes junto a las mayores figuras ha hecho que su nombre no pare de sonar. Su invierno taurino ha sido una continua muestra de cariño junto a aficiones de toda España: Vall d´Uixó, Castellón, Guadalajara, Alicante, Madrid, Sevilla, Tarragona, Herrera del Duque… Los aficionados han compartido su ilusión con un diestro que ha llegado para quedarse.
Además ha participado en numerosas iniciativas sociales cómo el Calendario Solidario de Madre de la Esperanza, lucha contra el bullying, Carrera contra la ELA de Caja Rural y cada una de las iniciativas que le han necesitado.
El día 5 de Enero volverá a Manizales para un doble compromiso que dará el pistoletazo de salida a un año en el que buscará consolidarse en primera fila. Talavera y Pepino tienen un orgullo que lleva su nombre por todo el mundo.